La gastronomía, la industria textil y el turismo serían los sectores que
podrían generar marcas únicas
Brujó destaca este aspecto como muy positivo ya que “actualmente es difícil encontrar un nicho disponible en el mercado y Perú lo ha sabido encontrar con su gastronomía”. Asimismo -añade- el turismo es otro campo que podría dar paso a este tipo de marcas, con hoteles que sepan explotar la experiencia de vivir la cultura precolombina, con un servicio de primera, que cuide los detalles, que dé un valor agregado.
Gonzalo Brujó,
presidente de Interbrand en España, Portugal y América Latina, explicó que si
bien es cierto que en un mundo globalizado las marcas de un país se
internacionalizan rápidamente, también es verdad que en la última década ha
habido un proceso por el que muchas grandes marcas premium han perdido la
esencia y dejaron incluso de fabricarse en sus casas de origen para hacerlo en
China, India o algunos países de Latinoamérica.
Y es que
actualmente se habla mucho de costo, cuando en realidad todas las marcas
premium, tanto las que se consideran de bajo costo como las que están en la
parte superior crecen y aumentan de valor, dijo.
Comentó que en todas partes
del mundo la clase media está creciendo, pero también lo hace la clase alta, lo
que hace que las marcas de superlujo o lo que su representada ha denominado
“meta-lujo” también crezcan. Señaló que en Perú, por ejemplo, hay una clase
emergente que tiene una capacidad y economía de comprar este tipo de marcas, que
están buscando lo único, y buscan estas marcas para tener un estatus dentro de
la sociedad.
Pero, ¿cómo se
define una marca de meta-lujo? En primer lugar, Brujó señala que tienen un
componente histórico, que explica la historia, la propuesta de la marca. Son
además “marcas extremadamente diferenciadoras, únicas, que transcurren a través
del tiempo, que pasan de una generación a otra, que son capaces de ir más allá
de un mercado, pero sobre todo, están muy enfocadas en la excelencia”. “Estas
marcas al ser de máxima calidad perduran en el tiempo y no piensan en el
oportunismo sino en la estrategia del largo plazo”, afirmó.
Con respecto a la
situación el nuestro país, el ejecutivo Brujó considera que empresas como
Michell con su fibra de alpaca reúne las características que pueden llevarla a
integrar este tipo de marcas, con un legado histórico que permanece en el
tiempo, que cuida el detalle, el hecho a mano, etc. Según Gonzalo Brujó, la
gastronomía peruana se perfila como otro frente importante de donde podrían
salir marcas meta lujo, ya que a diferencia de otros países como México que
salieron al exterior y se dirigieron a un mercado masivo, en el caso de la
comida peruana se internacionalizó dirigiéndose a un segmento de altos ingresos.
Brujó destaca este aspecto como muy positivo ya que “actualmente es difícil encontrar un nicho disponible en el mercado y Perú lo ha sabido encontrar con su gastronomía”. Asimismo -añade- el turismo es otro campo que podría dar paso a este tipo de marcas, con hoteles que sepan explotar la experiencia de vivir la cultura precolombina, con un servicio de primera, que cuide los detalles, que dé un valor agregado.
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