Arribamos el lunes 1 de junio a la pequeña ciudad norteamericana de Bentonville, Arkansas, donde se ubica la casa matriz de Wal-Mart. El motivo del viaje era asistir, por primera vez, a la junta anual de accionistas de una de las compañías más grandes del mundo, un evento legendario por lo atípico y que siempre ha contado con la participación de famosos artistas, deportistas y personajes destacados.Este año no iba a ser la excepción. La mayoría de nosotros –una delegación de 230 colaboradores de D&S– tenía grandes expectativas de la reunión y estábamos prestos para vivir una experiencia sin igual.Suele describirse a Bentonville como un pueblo de 30.000 habitantes. Pero, aunque pequeño, de pueblo tiene poco. Su apariencia es la de un lugar urbano moderno, no muy distinto a un suburbio de cualquier gran ciudad de Estados Unidos. Cerca de allí, en el vecino Rogers, comenzó la historia de Wal-Mart en 1962, cuando Sam Walton abrió su primer negocio vendiendo merchandising para convertirlo, casi medio siglo después, en una cadena internacional que emplea a 2,2 millones de personas y está en lo más alto del retail a nivel mundial.Aún hoy no deja de sorprender que haya sido en un lugar pequeño y desconocido donde vio la luz un modelo de negocio que iba a expandirse por Estados Unidos y el mundo, a punta de innovaciones que hoy ya son prácticas habituales en la industria del retail. Como símbolo de su globalidad, esta vez acudieron a la cita 15 filiales provenientes de distintos países, siendo D&S la que se integró más recientemente a la gran familia de Wal-Mart.No sólo nosotros teníamos grandes expectativas. También las había entre los organizadores y asistentes respecto a este newcomer de América del Sur, que había llevado la delegación más numerosa y entusiasta de todas las presentes en Bentonville. El miércoles 3 de junio, después de una jornada dedicada a visitar locales de Wal-Mart y Sam’s Club, estaba todo listo para nuestra presentación en sociedad. Enrique Ostalé lideraba un poderoso –y bullicioso– equipo que quería dejar huella en una cita a la que concurre lo mejor de Wal-Mart a nivel mundial. En todo caso, estábamos allí para darnos un baño de cultura corporativa, una que a D&S no resulta lejana ni desconocida, pero que igual nos asombraba por su consistencia y por su espíritu innovador. Y la expectativa no resultó defraudada para nadie.Ese miércoles se iniciaron las presentaciones de las filiales.El Barnhill Arena se repletó de asistentes de todo el mundo, entre los que destacaban los chilenos, por esta vez situados en ubicaciones preferenciales que todos sospechan no se repetirán en los años venideros. El grupo celebró jubiloso la revisión de la venta comparable del día, en que Chile destacó como la filial de Wal-Mart de mayor crecimiento en el mapa mundial.Marcar el gol de las ventas en el primer minuto no podía ser mejor carta de presentación para nuestro debut en esta fiesta corporativa. A media mañana, y de manera sorpresiva para la mayoría de los asistentes chilenos, un rostro familiar para nosotros hizo su aparición en el escenario.Se trataba de Alberto Plaza, el cantante nacional que los organizadores decidieron poner en escena para regalar a nuestra delegación un momento musical de primera categoría.El jueves 4 fue el día de nuestra presentación, que habíamos preparado hasta el último detalle aquí en Chile. El punto de partida fue un video cuidadosamente editado que mostraba un país moderno y pujante. Las enormes pantallas de alta definición –por lejos, el aspecto tecnológico que más nos impresionó– hicieron honor a las impecables imágenes del Chile lindo que todos queremos mostrar en estas ocasiones. Este apronte fílmico dio paso a la exposición de Enrique Ostalé, convenientemente vestido de huaso pero hablando en perfecto inglés, para describir la empresa que le toca en suerte dirigir, sus negocios y potencialidades. Puedo decir que pasamos la exigente prueba con nota alta, como buenos alumnos aplicados que hemos aprendido a ser en D&S.Y finalmente llegó el gran día de la junta anual de accionistas, el viernes 5 de junio. A las 6:30 de la mañana, las graderías del Bud Walton Arena ya estaban repletas con más de 18 mil personas: colaboradores de Wal-Mart, delegaciones de todo el mundo, accionistas, invitados especiales, jóvenes universitarios, adultos mayores y un centenar de reporteros, en lo que probablemente es el evento anual más importante de todo Arkansas, y sin duda el más relevante para Wal-Mart.Entre el público se divisaba al cantante de Kiss, Gene Simmons, con anteojos oscuros, posando con los numerosos fans que demandaban fotografías a su lado. Cientos de blogueros de Twitter despachaban profusamente cada detalle que captaban en el moderno recinto. A las 7 AM en punto, el actor y comediante Ben Stiller apareció en el escenario para dar la partida a una jornada memorable, jalonada de discursos, presentaciones corporativas y números artísticos. Las alocuciones de los principales ejecutivos de la compañía destacando los 400 mil millones de dólares que alcanzaron las ventas de Wal-Mart a nivel mundial en el último año, y los 63 mil empleos creados el año pasado en todo el mundo, se intercalaban con las actuaciones de la mexicana Paulina Rubio y del ídolo juvenil del momento, Miley Cyrus –la actriz de Hannah Montana–, entre otros.El broche de oro para una jornada espectacular, sin duda, fue la aparición sobre el escenario del exitoso deportista y hoy celebridad mundial Michael Jordan, quien entregó a los asistentes su visión respecto al valor del esfuerzo en el trabajo y la importancia de compartir cuando se ha alcanzado el éxito.Al terminar la sesión, todos quedamos con la convicción de que la asociación con Wal-Mart nos ha puesto en un lugar de privilegio, desde el cual podemos ayudar a las familias chilenas a ahorrar dinero y a vivir mejor.
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