El Gobierno de Alan García ostenta las mejores proyecciones de crecimiento de PIB en la región este año; no obstante, también será la economía que más se frenará.
por Fernando Chevarría León
El 5 de abril de 1992, cuando el entonces presidente peruano Alberto Fujimori decidió realizar su autogolpe, su joven ministro de Economía, Carlos Boloña Behr, neoliberal hasta el tuétano, pensó en renunciar. No obstante, según confesó años después, se dio cuenta que de el autogolpe era la oportunidad perfecta para acelerar la puesta en práctica de su programa, el cual era muy criticado por la oposición peruana debido a que causaría mucho desempleo y quiebra de empresas. De hecho, eso ocurrió, pero Perú tomó otro rumbo económico.
“Veinte años atrás, Perú era el patito feo de la región con un mercado muy regulado y cerrado. Hicimos todo mal. Pero en los 90, a partir de las reformas estructurales, se liberalizó todo”, dice Fernando Zavala, ex ministro de Economía del gobierno de Alejandro Toledo. “Hubo mucho énfasis en balances macroeconómicos, manejo adecuado de los recursos y apertura comercial. Allí se sentaron las bases del crecimiento económico peruano de los últimos años”. Un crecimiento que entre 2004 y 2008 fue de 7% en promedio y que para este año sería de 3,5%, según proyecciones del actual ministro de Economía y Finanzas peruano, Luis Carranza. Cifra envidiada y lejana por los demás países de la región los que estiman crecimientos en muchos casos de cero para abajo.
“De los 90 en adelante el mérito fue, por primera vez en la historia peruana, mantener una política económica continua a pesar de los cambios de gobierno en los últimos 17 años”, dice Guillermo Arbe, jefe del departamento de estudios de Scotiabank en Perú. “En los 90, lo que diferenció a Perú de otros países de la región fue que la mayoría de ellos no tenía apertura comercial y aplicaban subsidios”, agrega Fernando Zavala.
Para César Peñaranda, director del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima, mantener los fundamentos económicos acompañados de políticas monetaria y fiscal adecuadas, permiten que hoy en Perú todavía se hable de crecimiento. “La política fiscal se manejó bien porque se buscó el superávit, lo cual ha permitido tener un fondo de estímulo económico de casi US$ 2.000 millones que permite resistir con mayor solidez los embates de la crisis económica”, dice.
Tales fundamentos, cuya cereza en la torta fueron los tratados de libre comercio con EE.UU. y China, y el grado de inversión obtenido en 2008, hicieron que Perú volara en los últimos años, económicamente hablando, como un Boeing 747. Según el ex ministro Fernando Zavala el crecimiento peruano de los últimos años se basa en cuatro pilares: inversión privada, consumo interno, exportaciones e inversión pública. “Son los cuatro motores que en los últimos años se han venido utilizando de forma indistinta y que te permiten sostener el avión”, dice Zavala. “Hoy, los motores de la inversión privada y la demanda externa se han apagado, pero los otros dos (consumo interno e inversión pública) están funcionando muy bien, lo que permite que Perú siga creciendo”. Para Hugo Santa María, socio de Apoyo Consultoría, parte del crecimiento esperado este año se debe a que la crisis encontró al Perú bien parado. “Aquí no se habla de crisis bancaria, se prevé que la inversión pública aumente y hay inversión privada que venía desde 2008 y que no parará”, dice. “Además el sector privado está recobrando la confianza y está con proyectos en mano”.
Asimismo, el socio de Apoyo Consultoría confía en que el consumo interno sea la luz en medio de las tinieblas. “En Perú sólo hay 100.000 créditos hipotecarios otorgados, el retail moderno recién empieza, hay mucho mercado por desarrollar”, dice. “Por ello creo que cuando el mundo se recupere, Perú va a estar otra vez dos o tres puntos porcentuales por encima del crecimiento promedio”.
Guillermo Arbe, de Scotiabank, dice que es posible que Perú registre un crecimiento tope de su PIB de 4% este año. “Estamos viendo que la inversión pública y las asociaciones público-privadas están avanzando. Ello, sumado al incremento del consumo interno, nos va a llevar a que el crecimiento sea positivo”, dice. Asimismo confía en que regiones como China tengan un buen desempeño este año, lo cual hará que los precios de los minerales suban, por ejemplo, lo que ayudará a que Perú tenga un buen segundo semestre.
El que más cae. Pero si bien Perú será uno de los pocos países que el FMI estima que crecerán en el mundo (3,5% en 2009 y 4,5% en 2010), también será uno de los con mayor desaceleración económica, puesto que el crecimiento de su PIB caerá casi siete puntos porcentuales (ver tabla) y eso podría ocasionarle problemas sociales nada pequeños. Y es que si bien las tasas de crecimiento del PIB entre 2001 y 2006 de entre 4,5% y 5% fueron buenas, no fueron suficientes para reducir el desempleo y la pobreza. “Entre 2006 y 2008 el promedio de crecimiento fue de 8,5%, que es lo que Perú necesita para resolver esos problemas”, dice César Peñaranda, de la CCL. “Crecer 3% es insuficiente para un país con 40% de su población en pobreza y el 16% en pobreza extrema. Puede haber conflictos sociales”.
“Si llegamos a crecer a 3% va a ser el mayor crecimiento de lejos de América Latina, porque Chile está en cero, Colombia está en cero, Brasil está de cero para abajo, México en -2% y Argentina también está en negativo”, dice el economista Pedro Pablo Kuczynski. No obstante, reconoce que será difícil que la población asimile pasar de un crecimiento de 9,8% en 2008 a 3% en 2009. “Aquí el reto es poner la máquina del Plan de Estímulo Económico (PEE) a caminar y tomar medidas de emergencia, no financieras sino administrativas, porque el aparato del Estado es excesivamente lento”, dice.
Y es que si bien el avión peruano sigue volando, el hecho de que dos de sus motores (exportaciones e inversión privada) estén apagados merma la potencia del mismo, ya que la inversión privada fue decisiva para la bonanza económica peruana de los últimos años, creciendo desde 2006 a un ritmo superior al 20% (en 2008 alcanzó los 25 puntos). No obstante, según Apoyo Consultoría, este año caerá 1,5%. “El PIB peruano creció 60% desde el año 2000 –pasó de representar US$ 52.000 millones ese año a US$ 130.000 en 2008– y gran parte de ese aumento se debe a la inversión privada. Su caída en 2009 explica en gran parte la desaceleración actual del crecimiento del PIB peruano”, dice Santa María, de Apoyo. En cuanto a las exportaciones, la situación es peor, pues han caído 30% en lo que va del año, situación que ha afectado principalmente a los sectores textil y agroexportador.
A paso de procesión. Pero el 3,5% de crecimiento del PIB proyectado por el Ministerio de Economía y Finanzas para este año no está asegurado. Por lo menos la mitad de dicha cifra depende del éxito del Plan de Estímulo Económico planteado por el gobierno hace unos meses para paliar la crisis. “Se llegará a 3% siempre y cuando el gobierno ejecute su presupuesto y el PEE de acuerdo a lo proyectado”, dice Peñaranda, de la CCL. “Si ejecuta sólo el 50%, el crecimiento del PIB en 2009 podría ser inferior a 2%”, apunta.
Lamentablemente, la ejecución del PEE es lenta. Claudia Cooper, directora general de Asuntos Económicos del MEF, reconoce que el PEE va a paso de procesión. “En ejecución estamos yendo más o menos. Estamos alrededor de 16% a nivel nacional, 12% a nivel regional y 15% a nivel de gobiernos locales”, admite y agrega que a mediados de mayo se han ejecutado sólo unos US$ 390 millones de los US$ 2.500 millones proyectados. No obstante, la funcionaria confía en que la ejecución del plan se acelere en el segundo semestre.
“El problema de Perú no es de recursos, sino de eficiencia. Hay que gastar bien y rápido”, dice Peñaranda, de la CCL. “China también creció 10% en 2008, pero sólo caerá y se desacelerará cuatro puntos porcentuales este año. Eso es porque, a diferencia de Perú, invirtió en productividad, la cual le aporta puntos a su PIB. Perú tiene que pensar en mejorar en ese sentido y los primeros pasos para ello son eliminar la burocracia e invertir en infraestructura”.
En opinión del economista Kurt Burneo, ex director del Banco Central, para lograr que el PEE avance es indispensable revisar la ley de contrataciones y adquisiciones del Estado para acortar, por ejemplo, el plazo que implica actualmente una licitación, la cual desde su convocatoria hasta la aprobación implica 76 días útiles, siempre y cuando no haya impugnaciones de por medio. “Plazos menores podrían impulsar más y en menos tiempo el gasto público”, dice.
Como puede verse, si bien el panorama económico peruano pinta positivo para este año, la meta del 3,5% depende en gran medida de la ejecución del PEE implementado por el ejecutivo. El reto es agilizar, destrabar y gastar bien. A fines de año se verán los resultados.
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