miércoles, 29 de octubre de 2008

Mercado automotriz latinoamericano reduce su velocidad

En Brasil el mercado teme que el menor acceso al crédito impacte negativamente a la industria. Argentina está en alerta por la reducción de personal, mientras que México anticipa un período sombrío dado que EE.UU. está al borde de una recesión.
por Reuters

São Paulo. La crisis financiera y una potencial recesión mundial han frenado fuertemente el estelar crecimiento de la industria automotriz en América Latina, por lo que los fabricantes desde México hasta Brasil y Argentina se preparan para un duro 2009.

En Brasil, la mayor economía de la región y el principal mercado automotor, los ejecutivos de la industria temen por una contracción de los préstamos a consumidores que han financiado el auge de las ventas de vehículos.

En Argentina, líderes sindicales advirtieron sobre despidos debido a que las repercusiones de la crisis crediticia se han sumado a una alta inflación y una moneda menos competitiva. Mientras que la industria automotriz de México anticipa un período sombrío dado que Estados Unidos está al borde de una recesión.

"Estados Unidos está registrando una caída brutal en la confianza del consumidor (...) y eso indudablemente está teniendo un impacto en México, dado que más de la mitad de la producción de autos es para el mercado estadounidense", señaló Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

"Esperamos que tanto en la producción como en las exportaciones terminaremos el años con números positivos, pero probablemente muy, muy cerca del cero por ciento", agregó.

Ejecutivos y analistas del sector automotriz de Brasil afirmaron que la industria ha estado recortando sus previsiones de ventas para este año y el próximo. Pero algunos todavía anticipan un crecimiento de entre un 10 y un 15 por ciento en el 2009, gracias a la solidez de los fundamentos económicos en comparación a crisis anteriores.

Fiat, la automotriz líder de Brasil, revisó a la baja sus estimaciones iniciales sobre el crecimiento general del mercado en el 2008 a un relativamente robusto 20 por ciento, desde un 30 por ciento.

"Un 20 por ciento es una gran cifra", dijo esta semana Cledorvino Belini, presidente ejecutivo de Fiat para América Latina, quien agregó que sumado al crecimiento del año pasado significaría un significativo 55 por ciento en dos años. "Hay pocos países en el mundo como este", agregó.

Brasil se ha convertido en un mercado crucial para las automotrices globales, como la italiana Fiat, la alemana Volkswagen AG, la francesa Renault y las estadounidenses General Motors Corp y Ford Motor Co.

Algunas de esas fabricantes son más pesimistas que Fiat. GM precisó este mes que el crecimiento de sus ventas en Brasil se desaceleraría a un 5 por ciento en el 2009, desde más de un 20 por ciento este año. Renault se prepara para un incremento de ventas prácticamente nulo en el próximo año, sostuvo el lunes Jerome Stoll, su presidente ejecutivo para Brasil.

Ante la contracción del crédito, las automotrices esperan que la caída del 10 por ciento registrada en las ventas de autos en las primeras dos semanas de octubre, frente al mes previo, haya sido algo puntual.

"Este crecimiento que hemos tenido, de un 25 a un 30 por ciento por año, no es sustentable", comentó Marcelo Cioffi, de la consultora PricewaterhouseCoopers, quien añadió que incluso un aumento de un 10 por ciento era "muy alto" ya que representa cerca del doble del crecimiento de la economía.

Planes a largo plazo, intactos. Pero analistas dicen que el inmenso potencial de crecimiento de Brasil significa que las automotrices probablemente no recortarán fuertemente sus planes de inversión en el país sudamericano, donde todavía hay un auto por cada ocho personas.

En Argentina, el tercer centro de fabricación de autos de la región, compañías como GM y PSA Peugeot Citroen recortaron sus turnos en septiembre para limitar lo que ha sido un incremento extraordinario de la producción en los últimos seis años.

Al mismo tiempo, la industria ha sido afectada por la fuerte depreciación del real brasileño, que podría tornar a los productos de Argentina menos competitivos si --como ha prometido su banco central- el peso argentino se mantiene firme.

La industria automotriz de Argentina creció un 24 por ciento interanual en los primeros ocho meses del 2008, frente al incremento del 6,2 por ciento anotado por la producción industrial en general.

Pero el crecimiento del sector se ha desacelerado. La producción aumentó en agosto un 8 por ciento contra el mismo mes del año anterior, pero cayó un 6,6 por ciento frente a julio. La alta inflación -que las estimaciones privadas ubican en entre un 20 y un 25 por ciento para el último año- han alentado negociaciones salariales cada vez más polémicas.

Aldo Abram, de la consultoría Exante, dijo que las automotrices deberían haber anticipado que se avecinaba una desaceleración. "En los últimos años, las compañías hicieron inversiones que creo que fueron desproporcionadas (...) Claramente estaban apostando a un crecimiento en la demanda argentina que no iba a venir y a mayores exportaciones a Brasil, lo que tampoco sucedió", explicó.

Funcionarios de la industria mexicana dijeron que los fabricantes de autos estaban parcialmente blindados frente a la tormenta, debido a que se habían estado enfocando en vehículos compactos más económicos y habían progresado en la diversificación de sus ventas fuera de Estados Unidos.

Solís señaló que la AMIA pidió al Gobierno mexicano que otorgue exenciones impositivas a las compras de autos para estimular la demanda y la producción, así como para ayudar a renovar la envejecida flota de la nación. México vende un auto nuevo por cada 99 personas, frente a 78 de Brasil, añadió.

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