Desde el nombramiento de Howard Stringer al cargo de director general de Sony, la mítica marca japonesa ha recuperado su capacidad de innovación.
Solamente 3 milímetros de espesor, menor consumo y una calidad de imagen superior a las de las pantallas planas de cristal líquido. En enero, el nuevo televisor Sony con pantalla de diodos (Oled) fue una de las estrellas en la famosa exposición anual de Las Vegas, Consumer Electronics Show. Durante los cuatro días que duró el evento de los profesionales de la electrónica, el stand de Sony no estuvo nunca vacío, algo que al CEO de la empresa nipona, Howard Stringer, le volvió la sonrisa. Al ser la primera en comercializar las pantallas Oled, Sony ganó de mano a todos sus competidores y se anticipó a todos ellos. Stringer va por su segundo gol. En 2007 logró imponer su nuevo formato de DVD de alta definición -- el Blu-ray - contra el HD-DVD de Toshiba, su competidor, que acaba de tirar la toalla.
Hacía más de diez años que el grupo japonés no proponía una gran innovación ni lograba imponer un nuevo estandar tecnológico. Hoy, "Sony ha vuelto" explicó con orgullo el jefe a la prensa francesa.
Efectivamente, Sony va mejor. Bajo el liderazgo de su presidente, la división electrónica, que representa más de dos tercios de la totalidad del negocio, se viene renovando desde 2006. Las producciones cinematográficas y musicales (Sony Pictures, Sony-BMG...) se mantienen rentables a pesar de que el mercado está difícil. Las ventas de teléfonos celulares de la filial Sony Ericsson explotaron. La misma división de juegos se vio beneficiada con el despegue de las ventas de la consola de juegos PS3. De golpe, por el ejercicio 2007, Howard Stringer puede mostrar más de 2.000 millones de euros en ganancias netas. Todo un record para Sony.
Sin embargo, cuando tomó las riendas del grupo a mediados de 2005, su tarea estaba lejos de ser fácil. Entonces, el conglomerado fundado en 1948 venía perdiendo velocidad. Marca mística, sinónimo de innovación en los años 80 y 90, Sony se perdió los cambios tecnológicos de los años 2000. Ejemplo, las pantallas de televisión. Como la marca se había ganado una sólida reputación en ese campo con sus Trinitron, no creyó en la explosión de la tecnología LCD y se fue distanciando de Samsung, Sharp y LG-Philips. Otros desastre memorable: Sony no pudo detener el avance incontrolable del iPod, el reproductor musical portátil de Apple. ¡El colmo para una compañía que había inventado el Walkman en 1979!
Frente a la crisis, el directorio agradeció los servicios del CEO en actividad, Noboyuki Idei, y llamaron a Howard Stringer, un galés naturalizado estadounidense. Era el primer extranjero - gaijin, en japonés - nombrado para rejuvenecer el grupo. Buscaban un choque cultural.
Comenzó con medidas dolorosas: un plan de reestructuración con reducción de 10.000 puestos de trabajo y el cierre de 11 fábricas de 65 en total. En 2005 lanza con éxito una nueva línea de televisores: aprovechó también las marcas fuertes para relanzar otras categorías de productos: Vaio para computadoras portátiles, Cyber-shot para las máquinas fotográficas compactas y Walkman para la música portátil. Para afirmar su liderazgo en el lucrativo negocio de las imágenes digitales, decide adquirir Konica-Minolta, las grandes especialistas en cámaras fotográficas.
La división investigación y desarrollo fue totalmente reorganizada. Crearon un grupo directivo para coordinar los trabajos de los ingenieros de cada entidad. Secciones enteras de investigación han sido detenidas (televisores a retroproyección, asistentes personales, microprocesadores Cel contenidos en las PS3). Objetivo: concentrar los medios en las tecnologías LCD y Oled, y también en el área de capacitadores digitales, donde Sony es uno de los primeros provedores del mundo.
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