sábado, 22 de diciembre de 2007

Bancos rigurosamente trancados en la puerta

Por Mirko Lauer.
Luego de una larga espera, 2007 fue el año en que volvieron las licencias de la Superintendencia de Banca y Seguros para aspirantes a instalar aquí bancos y financieras. Por algún motivo Juan José Marthans lo había trancado todo, con la excepción de la licencia que dio a Prima AFP (Grupo Romero) en julio del 2005. Este año cinco empresas recibieron un certificado de autorización de funcionamiento.
Marthans nunca explicó cómo era eso de bloquear el ingreso de bancos en un mercado financiero tan concentrado como el peruano. Algunos de sus argumentos eran bastante esotéricos. En todo caso el sucesor de Marthans, Felipe Tam, le ha despejado el camino a dos grupos europeos (Deutsche Bank y el Santander), dos chilenos (Saga y Ripley) y uno mexicano (Grupo Azteca). Aunque todavía hay algo de turbulencia.
Tal vez el más vapuleado en el callejón oscuro para entrar al sistema financiero peruano ha sido el grupo mexicano, cuya ubicación a caballo en los electrodomésticos y las finanzas (Electra) en la parte baja del alfabeto social en seis países lo hace un competidor de cuidado para el Grupo Romero (La Curazao) y su Banco de Crédito del Perú.
El dato importa pues a pesar de los buenos indicadores de la economía peruana post-2000 y los excelentes rendimientos del negocio financiero, este último ámbito fue mantenido un buen tiempo por la SBS como un coto virtualmente cerrado. Los índices de bancarización más bajos del mundo y un limitadísimo acceso de los pobres al crédito, redondean la figura administrativa.
Ahora el Grupo Azteca siente que a pesar de ya haber obtenido el certificado en Lima los problemas siguen, ahora en la forma de campañas mediáticas y legales. El problema parece provenir de quienes los ven como competidores en la lucha por la captación del ahorro, sobre todo el popular, que tradicionalmente manejan los grandes bancos establecidos.
A parecer Azteca asusta a esos bancos por sus métodos diferentes de manejo del crédito popular, su combinación de ventas de objetos con servicios de remesas de dinero entre tiendas, y otras formas de atención desarrolladas sobre todo en el espacio mexicano. El grupo ya tiene ocho años y 21 tiendas en el Perú.
Los dos grupos chilenos también se pasaron un largo tiempo haciendo cola ante la SBS, y a grandes rasgos podría decirse que también están en el negocio de darles crédito para venderles objetos a los sectores populares, aunque en este caso no tan populares. Banco Ripley y Banco Saga probablemente impacten el mercado mucho más que la compra de Wong.
Estas son historias de competencia en el mercado financiero. No ha sido la competencia la que ha bajado un poco las tasas de interés y alargado los plazos del crédito. Pero sí ha servido para multiplicar y mejorar los servicios en algunos casos. Esperemos que los nuevos bancos sirvan todos para lo que ellos mismos dicen.

http://www.larepublica.com.pe

No hay comentarios: