AL FINAL GANA EL CONSUMIDOR

En las últimas semanas muchos se estarán preguntando por qué las tiendas que Plaza Vea y Sodimac abren fuera de Lima son exitosas. El antiguo paradigma indicaba que los peruanos tenemos hábitos de compra imposibles de cambiar, que el 'caserito' es irreemplazable y que los formatos modernos son solo para 'pitucos'. La respuesta es simple: porque el canal moderno está satisfaciendo necesidades latentes que estaban a la espera de ser cubiertas por la oferta; y, al hacerlo, se están generando cambios importantes en los hábitos de consumo. Ahora, en Trujillo y Chiclayo los consumidores se están acostumbrando a la despersonalización y al horario corrido de atención; a poder escoger directamente lo que compran y a un alto nivel de infraestructura y servicio. Junto con estos cambios, el nivel de consumo se está incrementando. Finalmente, la oferta se está acercando a cubrir los deseos de una gran masa de consumidores ávidos por novedades y con un poder adquisitivo creciente. Estamos siendo testigos de un proceso largo, en el cual el canal tradicional también empezará a cambiar para poder sostenerse en el tiempo: los puestos de mercado, bodegas y ferreterías tendrán que elevar sus estándares de higiene, surtido y atención. Al final, gana el consumidor.* Alberto Haito Moarri. Economista

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