La economía de Bolivia registrará el mayor crecimiento en América Latina este año con una tasa de al menos un 3%, según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) presentado hoy en La Paz.
El análisis del FMI sobre perspectivas económicas regionales tras la crisis financiera, titulado “Se evitó la crisis: ¿qué sigue ahora?”, muestra que 12 países de América Latina y el Caribe registrarán tasas positivas de crecimiento en 2009, frente a otros 22 cuyas economías se contraerán este año.
Sin embargo, el ministro boliviano de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, anticipó que el Gobierno de Evo Morales no va a aplicar “las recetas” o recomendaciones hechas por el FMI en dicho informe.
El informe muestra que la economía mexicana será la que menos crecerá en esta gestión, con una contracción del 7,5%.
El asesor principal en el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Gilbert Terrier, señaló que “en el tope” de los países que crecerán este año está Bolivia, “donde al final la crisis económica no impactó tanto y en el cual las políticas económicas han permitido suavizar el impacto de la crisis global”.
Destacó que el ahorro logrado por el país durante el período de expansión le permitió aplicar durante la crisis “una política fiscal contracíclica” que incluyó una mayor inversión pública para fomentar la demanda interna y la protección social.
Terrier también resaltó el nivel de reservas internacionales alcanzado por Bolivia, su inflación controlada y el proceso interno para fomentar un mayor uso de la moneda nacional.
La principal divergencia entre el FMI y el Gobierno de Morales radica en el papel que debe cumplir el Estado en la economía una vez superada la crisis.
“Nosotros no creemos que el Estado sólo tiene que intervenir donde hay problemas como estos (...) Consideramos que el Estado debe ser el actor más importante de la economía de un país”, sostuvo el ministro boliviano.
Una de las recomendaciones del FMI en su informe es que se retiren los estímulos fiscales implementados a través de la política del gasto en las economías de la región.
Arce señaló que Bolivia “no aplicará la receta del FMI, pues los estímulos fiscales son parte del nuevo modelo (económico) que se está aplicando” en el país.
“Bolivia, como país, debe mantener una relación armónica (con el Fondo), aunque también mantenemos nuestras diferencias con el FMI, no solamente en materia de políticas económicas sino también por principios y fundamentos ideológicos”, dijo.
Terrier consideró que es normal que los países tengan sus propias posiciones sobre el manejo económico y aclaró que el FMI “no está para dictar políticas o para decir lo que hay que hacer”, sino para asegurarse de que las naciones trabajan por el crecimiento mundial.
La proyección inicial del FMI era que el país alcanzaría un crecimiento de 2,2% este año, en tanto que el Ejecutivo boliviano calcula un 4%.
La institución proyecta que Bolivia crecerá en 3,5% en 2010 y que su inflación oscilará entre 3% y 4%.
Fuente: Mdzol
El análisis del FMI sobre perspectivas económicas regionales tras la crisis financiera, titulado “Se evitó la crisis: ¿qué sigue ahora?”, muestra que 12 países de América Latina y el Caribe registrarán tasas positivas de crecimiento en 2009, frente a otros 22 cuyas economías se contraerán este año.
Sin embargo, el ministro boliviano de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, anticipó que el Gobierno de Evo Morales no va a aplicar “las recetas” o recomendaciones hechas por el FMI en dicho informe.
El informe muestra que la economía mexicana será la que menos crecerá en esta gestión, con una contracción del 7,5%.
El asesor principal en el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Gilbert Terrier, señaló que “en el tope” de los países que crecerán este año está Bolivia, “donde al final la crisis económica no impactó tanto y en el cual las políticas económicas han permitido suavizar el impacto de la crisis global”.
Destacó que el ahorro logrado por el país durante el período de expansión le permitió aplicar durante la crisis “una política fiscal contracíclica” que incluyó una mayor inversión pública para fomentar la demanda interna y la protección social.
Terrier también resaltó el nivel de reservas internacionales alcanzado por Bolivia, su inflación controlada y el proceso interno para fomentar un mayor uso de la moneda nacional.
La principal divergencia entre el FMI y el Gobierno de Morales radica en el papel que debe cumplir el Estado en la economía una vez superada la crisis.
“Nosotros no creemos que el Estado sólo tiene que intervenir donde hay problemas como estos (...) Consideramos que el Estado debe ser el actor más importante de la economía de un país”, sostuvo el ministro boliviano.
Una de las recomendaciones del FMI en su informe es que se retiren los estímulos fiscales implementados a través de la política del gasto en las economías de la región.
Arce señaló que Bolivia “no aplicará la receta del FMI, pues los estímulos fiscales son parte del nuevo modelo (económico) que se está aplicando” en el país.
“Bolivia, como país, debe mantener una relación armónica (con el Fondo), aunque también mantenemos nuestras diferencias con el FMI, no solamente en materia de políticas económicas sino también por principios y fundamentos ideológicos”, dijo.
Terrier consideró que es normal que los países tengan sus propias posiciones sobre el manejo económico y aclaró que el FMI “no está para dictar políticas o para decir lo que hay que hacer”, sino para asegurarse de que las naciones trabajan por el crecimiento mundial.
La proyección inicial del FMI era que el país alcanzaría un crecimiento de 2,2% este año, en tanto que el Ejecutivo boliviano calcula un 4%.
La institución proyecta que Bolivia crecerá en 3,5% en 2010 y que su inflación oscilará entre 3% y 4%.
Fuente: Mdzol
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