Redacción BBC Mundo
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves un impuesto de 90% a las millonarias bonificaciones concedidas a ejecutivos de compañías que han recibido ayuda del gobierno.
La medida fue tomada tras la indignación provocada por la noticia de que la empresa American International Group (AIG) pagó recientemente US$165 millones en pagos extraordinarios a empleados, entre ellos algunos que laboraban en la unidad que precisamente contribuyó al deterioro económico de la compañía.
El malestar del público se hizo más evidente al conocerse que 73 ejecutivos de AIG, entre los cuales figuran 11 que ya no trabajan para la compañía, recibieron bonos individuales de más de US$1 millón.
La principal aseguradora del mundo recibió un salvavidas de más de US$170.000 millones.
La legislación fue impulsada por el presidente del Comité de Medios y Arbitrios, Charles Rangel y fue aprobada por 328 votos a favor y 93 en contra.
"Queremos que nos devuelvan nuestro dinero y queremos que nos lo devuelvan ya para los contribuyentes", exclamó la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
La posición republicana
Muchos republicanos votaron en contra de la medida.
La portavoz republicana en la Cámara Baja, Andeliz Castillo, aseguró que algunos legisladores de su partido no dieron su voto a favor porque deseaban que las empresas devuelvan a los contribuyentes el 100% de sus bonificaciones.
Sin embargo, el corresponsal en Washington de la BBC, James Coomarasamy, aseguró que líderes republicanos se quejaron de que la propuesta solo busca distraer la atención de las preguntas que han surgido sobre la forma en que el gobierno del presidente Barack Obama ha manejado el asunto.
La propuesta fue impulsada por el congresista Charles Rangel.Coomarasamy agregó que el impuesto, que ahora será debatido por el Senado, se aplicaría a cualquier funcionario que gane más de US$250.000.
Si es aprobada en la Cámara Alta, la ley se aplicará a todas las empresas que reciban más de US$5.000 millones del plan de rescate financiero del gobierno de US$700.000 millones, conocido como TARP, por sus siglas en inglés, y que fue aprobado el año pasado cuando todavía era presidente George W. Bush.
Por eso, AIG no será la única castigada por la legislación, ya que limita las bonificaciones a ejecutivos de al menos una decena de instituciones financieras que recibieron dinero del plan, incluyendo a Bank of America y Citigroup.
http://news.bbc.co.uk/
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