Más que un divo del glamour y las pasarelas, el diseñador de modas es un empresario creativo para intuir mercados, arriesgar, proponer y ganar clientes.
Por: Mayra Castillo
La moda no se tropieza si la vinculan con los negocios. Al contrario: cada vez más diseñadores peruanos asumen su rol de empresarios tanto como el de creadores, en esa larga pasarela que recorren en pos del reconocimiento y el éxito. “Si creen que Galliano nunca ha caído, pues es mentira… ¡Ha quebrado cuatro veces! Sus desfiles eran un éxito por el show pero después nadie compraba nada”, dice José Miguel Valdivia, reputado diseñador que destaca por sus alucinantes piezas de fina alpaca y peletería.
¿Entonces, cómo capitaliza un diseñador de modas su nombre y apellido sin arrugarse en el intento? No hay fórmulas para volverse una marca, coinciden los entrevistados. Pero sus historias revelan que el “pret-a-porter” —colecciones de modelos exclusivos y poco numerosos, pero que no llegan a ser piezas únicas de alta costura— es el modo más apasionante y de mayor potencial para copar un mercado que ya no es Lima sino el mundo. Eso sí, todos tienen claro que para llegar lejos primero hay que fundar una marca aquí. En ese proceso está la mayoría.
EL ARTISTA
Gerardo Privat invirtió tanto en su marca que parecía una franquicia extranjera y no el nombre con que lo bautizaron sus padres en Trujillo. “Volví de Los Ángeles después de estudiar para ser vestuarista, porque allá había demasiada competencia y pensé que mejor era hacerme un nombre aquí, para luego intentarlo fuera”, recuerda. Invirtió sus ahorros en levantar su taller con dos patronistas en el 2003 y elaborar sus primeras prendas, para en el 2005 abrir su boutique en la Av. Conquistadores, la zona “chic” de Lima. “Solo tenía 25 invitados, entre amigos y familiares”, se ríe. Pero las cosas han cambiado: desde hace dos años está reduciendo la línea de prendas exclusivas —que le demandan de cuatro a cinco sesiones de una hora por clienta— para concentrarse en las líneas “pret-a-porter” y “pret-a-couture”, que incluyen modelos y colores establecidos. “Es más rentable y supone el 70% de los ingresos; es el que tiene más potencial y el 2009 será el año de su consolidación”.
LA BOUTIQUERA
Pero no todos lo tienen tan claro hasta que adquieren más experiencia. Ese fue el caso de Ani Álvarez Calderón, quien llevaba 8 años haciendo vestidos personalizados hasta que tuvo su primer desfile. “No tenía colección y tuve que pedirle a mis amigas que me presten lo que les había diseñado antes”, sonríe. En el 2000 debutó en Miami donde vendió absolutamente todo: los motivos eran vírgenes y ángeles de la escuela cusqueña. “En el 2003 intenté tener la marca propia de “pret-a-porter” Aniac que se vendía en sociedad con Ripley, pero tuve que cerrarla en el 2007. Me adelanté un poco pues la gente todavía no era tan arriesgada como ahora ni invertía en moda ni había tanta prensa”, sostiene.
Pese a ello, Ani cree firmemente en que el “ready to wear” (como se dice en inglés) es su futuro, porque esos diseños se venden muy bien en las ferias de Arabia Saudí, EE.UU., Panamá y Colombia. “Tal vez en un par de años retome la idea, pero para ello se necesita más inversión”.
LA GALARDONADA
Si bien Sitka Semch tuvo un inicio similar al de Ani (incluso, egresó de la misma escuela de Rhode Island y volvió en 1995 al Perú) la internacionalización llegó antes con el éxito de sus colecciones en las pasarelas de Rusia y Miami. En el 2003 fue la primera peruana en recibir la distinción New Star del Fashion Week of Americas. Desde entonces, preparó colecciones “pret-a-porter” y en el 2008 cerró por completo la línea de diseño exclusivo de vestidos de novia. “Pensé que, como no iba a estar presente, la gente no querría hacerse vestidos con mis patronistas… Pero confían en mi supervisión aunque yo no las atienda: eso es crear marca y me alegra mucho”, agrega.
En el 2007 consiguió una de sus metas: crear exclusividad pero no de élite sino basada en el diseño de pocas piezas a precios tan accesibles como un Benetton o MNG. Con la línea de Basement by Sitka, en tres locales de Saga Falabella, ha logrado articular a la empresa extranjera con pequeños fabricantes peruanos que elaboran 12 piezas por cada blusa, saco o pantalón que ella diseña. “Vestirse bien no tiene que ser un derecho de pocos. Las impulsadoras me cuentan que la gente busca la marca y está dispuesta a pagar por algo con tendencia pero que nadie más tenga”.
LA INDEPENDIENTE
Sumy Kujón es quizá de las diseñadoras más auténticas y libres. Incluso, su manera de involucrarse con las clientas VIP la diferencia del resto. “Será que vengo del diseño gráfico y busco compartir mi visión, que haya química, no que la clienta me pida algo igual a lo que vio en una revista”, dice. La línea de bodas es la más productiva para Sumy (60% de sus ganancias) y a esta se dedica por entero desde hace tres años y medio. “Siempre habrá matrimonios y me encanta la creatividad que puedo desplegar en esos vestidos. Además, es el momento en que las mujeres están dispuestas a pagar por un trabajo delicado y hecho con paciencia”, sostiene. No obstante, eso no ha impedido que trabaje la línea “pret-a-porter” de Muñeca by Sumy, marca con la que va a ferias internacionales y vende a exclusivas boutiques. “No puedo comparar esa línea con novias, pero el valor agregado es el diseñador, su estilo y su personalidad”.
EL EXPERIMENTADO
José Miguel Valdivia ha visto aparecer y desaparecer marcas y diseñadores desde los años 90. Sin embargo, no es mezquino y destaca la importancia de la movida “alternativa urbana” de los últimos años, que demuestra que hay demanda por estilo y personalidad, aunque se haya caído en la copia y la mala calidad de los acabados.
““El pret-a-porter” todavía es caro para Lima, por eso creo que el mercado sigue siendo afuera pese a estos cambios”, revela. Valdivia además aboga porque el gremio diseñador se una para salir en bloque a mostrar moda peruana. “En enero estuvimos con Fátima Arrieta y Sumy Kujón, entre otros, en el Paris Fashion Week donde llevamos las propuestas más vendibles y creo que la crisis “filtró” a los mirones y nos tocaron compradores de verdad”.
Allí mostró trabajos en peletería de alpaca y su nueva línea de bijoutería (metal bañado en plata), que trabaja en sociedad con Jobel (proveedora de Ebel). “Sigo haciendo consultorías para empresas como Mitchell, Kuna, Alpaca Studio, que venden aquí pero que exportan más. La alpaca no es étnica ni para viejitos. No, es como el cashmire y debe cobrar renombre”.
Si esa mirada al exterior los obligó a ser empresarios en el Perú, esa pasarela seguirá recorriéndose con originalidad y pies en la tierra.
EN PUNTOS
La edición 13 de Perú Moda 2009, organizada por Prom-Perú, se realizará entre el 22 y 24 de abril. El evento se realizará en el Pentagonito (Surco) en 17 mil m2. La feria coincidirá con Perú Gift 2009, donde habrá líneas de diseño para hogar, joyas y accesorios.
Se estima que el 40% de visitantes extranjeros serán nuevos compradores. La mayoría llega de Francia, Inglaterra, Alemania y Canadá.
Es la primera vez que el Perú Moda destinará puestos de ventas para los diseñadores y no solo habrá desfile en pasarela.
Sitka Semsch ofrecerá la cuarta colección para Basement, con 100 modelos distintos para la colección otoño-invierno. Su crecimiento fue de 15% en el 2008 y las cifras variaron por el cierre de la línea de novias: la línea en Basement pasó de 20% a 50% del total.
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