El Dow Jones Industrial Average es el índice bursátil más seguido del mundo. Sin embargo, la destrucción de riqueza vista durante los últimos 18 meses está alimentando un intenso debate sobre su cálculo y sobre su validez como referencia para los inversores.
Cada vez son más los expertos que piden un cambio radical en su metodología. A diferencia de la mayoría de los índices, en los que las empresas ponderan por su capitalización bursátil, el Dow Jones es un índice ponderado por el precio de la acción. La caída de los mercados ha provocado que las acciones de cinco de las 30 compañías que componen el Dow Jones coticen por debajo de los 10 dólares, por lo que su peso en el mismo es mínimo. Estamos hablando nada más y nada menos que de General Electric, General Motors, Alcoa, Citigroup y Bank of America. En cambio, las acciones que tienen mayor impacto en la marcha del índice son IBM, ExxonMobil y ChevronTexaco.
El método de cálculo del índice Dow Jones Industrial Average se basa en una realidad, la de 1896, en la que no existían calculadoras electrónicas ni mucho menos PC. El 26 de mayo de ese año, el periodista Charles Dow, el creador del índice, tuvo que inventarse un método con el que reflejar la evolución de la Bolsa para el que no hiciera falta más que lápiz y papel. Se le ocurrió sumar el precio de una docena de acciones representativas (los primeros miembros del Dow Jones) y dividir entre 12. El resultado, 40,94 dólares o, lo que es lo mismo, 40,94 puntos. Es decir, la ponderación es en función del precio en términos absolutos de la acción, y no se tiene en cuenta para nada la capitalización.
Durante décadas, los críticos han advertido que el Dow Jones se basa en el precio medio de las acciones, lo que da relevancia a los títulos con más valor. Esto provoca resultados engañosos. Por ejemplo, a efectos del Dow Jones da lo mismo que suba un dólar una acción que vale 100 dólares o que lo haga otra que vale 25 dólares, pese a que lo primero represente para ese valor un ascenso del 1%, y para el segundo, del 4%. Además, que incluya sólo 30 empresas no se considera representativo de los valores que mueven el mercado.
Por todo esto, cada vez son más los especialistas que recomiendan que se siga mejor el S&P 500 si quiere tener una perspectiva más amplia de la salud de la economía de EE.UU., porque usan medias ponderadas para calcular el índice y porque sus componentes cambian con mucha más frecuencia. Además, los valores tecnológicos tienen más representación, seguidos por salud, energía, finanzas y consumo. La cuestión es si se quiere cambiar el índice en esa dirección, cuando se supone que las blue chip (compañías de gran capitalización) son casi todas industriales.Si los editores de The Wall Street Journal procedieran a un cambio, GM, al borde de la quiebra, y Citigroup serían las primeras en sufrir la purga, y quizá Alcoa y Bank of America. "GM seguramente salga", señalan analistas. Otros expertos recomiendan sacar también a American Express, 3M, Verizon y Home Depot. Y respecto a los nuevos socios que podrían integrar el club, en el parqué se cita a Visa, Apple, Cisco y Nike, entre otras.
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