lunes, 26 de enero de 2009

Temporada de ofertas

Las malas expectativas económicas están creando verdaderas oportunidades de negocios para quienes tengan dinero y mucho valor.
por Antonio María Delgado

Mire el caso de Bienes Turgon. Se trata de una desconocida empresa de Monterrey, en el norte de México, que tras desembolsar sólo US$ 17 millones, se transformó en una de las principales fabricantes de tubos de escape del mundo, con plantas en Europa, Sudáfrica, India, Estados Unidos, Australia y China. Eso es lo que consiguió al adquirir, en la segunda semana de enero, toda la unidad de sistemas de escape de Delphi, el gigante autopartista de origen estadounidense y cuyas ventas, no informadas oficialmente, llegaron en torno a los US$ 294 millones en 2007, de acuerdo a cercanos a la operación.

A los mexicanos no les preocupa que el activo adquirido funcione en una industria como la automotriz que atraviesa una fuerte contracción global ni que la misma Delphi esté pasando por un complicado proceso de quiebra. “Rápidamente nos convertimos en una multinacional. En una economía pujante no se darían oportunidades como ésta”, dice José De Nigris, director comercial de una de las unidades de la empresa mexicana vinculada a la transacción. “Los precios de los activos ya tienen descontados los malos resultados de 2008 y las malas expectativas para 2009, lo que podemos aprovechar si tenemos efectivo”.

La operación realizada por Bienes Turgon es ejemplo de una tendencia creciente en la industria de las fusiones y adquisiciones (o M&A por sus siglas en inglés): la búsqueda de activos golpeados por la crisis a bajos precios para crecer y consolidar negocios. Parte de esta tendencia ya se vislumbró a fines de 2008. Durante el cuarto trimestre del año, se registraron 348 operaciones de fusiones y adquisiciones, un 5% más que en 2007, de acuerdo al sistema de información DealWatch. Lo interesante es que el valor promedio de los múltiplos de esas operaciones (el valor de la compra dividido por la utilidad antes de impuestos e intereses del activo adquirido) se redujo en 47%. Se trata de un buyers market ideal, pero en el que sólo podrán participar aquellas compañías con abundante liquidez y escasos compromisos de deuda, pues las líneas de financiamiento están cortadas.

De hecho, la necesidad de disponer de efectivo es lo que ha hecho que el teléfono del abogado Miguel Zaldivar no suene con la misma frecuencia de antes. Este socio del bufete Hogan & Hartson, de Miami, mantuvo un acelerado ritmo de trabajo a lo largo de 2008 concretando los multimillonarios acuerdos de fusiones y adquisiciones de sus múltiples clientes en Latinoamérica. Pero luego vino noviembre y el financiamiento se desvaneció. “Hoy no hay financiamiento. En petróleo, nadie sabe lo que va a ocurrir. En petroquímica está parado todo el financiamiento. En agroindustrial se ha parado el financiamiento. En electricidad, pese a que no se trata de un commodity, la gente está en una postura de esperar y ver”, dice Zaldívar.

Y es que la aparición de tentadoras ofertas no ha hecho que los compradores se lancen como locos. Sergio Fuentes, director de Standard & Poor’s, dice que ante la virulencia con que la crisis está deteriorando el clima de negocios en América Latina, la atención de muchas empresas yace más bien en cómo protegerse, en vez de en cómo seguir creciendo. “Tenemos un tema de financiamiento que cambió en todo el mundo. Tenemos por otro lado el tema de la fuerte depreciación de las monedas, la caída en los precios de los commodities, y además enfrentamos mucha incertidumbre sobre lo que va a pasar en el panorama mundial. Lo que las empresas buscan es sobrevivir y cómo quedar en buena forma ante un contexto muy volátil y muy hostil”, dice.

Y también está el caso de empresas que ya ampliaron su capacidad de producción en los últimos años y por ende no sienten necesidad de adquirir otras compañías dentro de su ramo. Un ejemplo de esto es el productor brasileño de sandalias Grendene, empresa que cerró el año con ganancias récord. “En 2008, nosotros alcanzamos unos 156 millones de sandalias vendidas”, dice el director de relaciones con inversionistas Francisco Schmitt, quien añade que podrían pasar dos o tres años antes de que la empresa realice grandes inversiones en aumentar su producción. “Las inversiones serían sólo de mantenimiento”.

Pero estar casado con un concepto, en este caso el de no invertir por ahora en expandir la producción, no quiere decir que uno es ciego si algo atractivo pasa ante nuestros ojos. Schmitt dice que la empresa es consciente de que la crisis podría generar buenas oportunidades de inversión, y “si algo interesante se presenta, nosotros la veríamos”, dijo.

Una postura más agresiva es la de Pão de Açúcar. El gigante supermercadista brasileño tiene una caja de unos US$ 600 millones y montó un equipo especializado dentro de su organización para estudiar fusiones y adquisiciones, además de contratar a la consultora PricewatherhouseCoopers y al banco de inversiones BBA. El objetivo es aprovechar las oportunidades que surgen con la crisis. “Al montar esta estructura nos organizamos para hacer adquisiciones de forma estructurada y menos impetuosa”, dijo Claudio Galeazzi, presidente de Grupo Pão de Açúcar, a la prensa local. “En las últimas semanas, el diálogo con las empresas ha sido más fácil y los precios se han hecho más atrayentes”. La empresa está buscando desde cadenas de farmacias hasta estaciones de combustibles.

Similar es el pensamiento del chileno Alfonso Swett. El director ejecutivo de la firma Forus, especializada en la representación de marcas de ropa que vende directamente a través de sus tiendas, tuvo un manejo financiero conservador durante los últimos cinco años, lo que le permitió juntar una caja de US$ 25 millones y abrir una línea de crédito de US$ 14 millones que destinará a la compra de empresas para entrar en nichos donde no esté presente. “El número de adquisiciones no está definido, ya que dependerá del tamaño de cada negocio y las oportunidades que se presenten”, dice Swett. “Queremos entrar en 2009 observando y reaccionando rápidamente”.

La industria de la venta detallista o de retail podría ser uno de los sectores donde asomen más ofertones en América Latina, al igual que otros sectores golpeados por la crisis. En México, por ejemplo, se vislumbran oportunidades de compra en compañías del sector automotriz, en el sector de bienes duraderos, en empresas vinculadas con la producción o venta de productos de lujo e incluso en propiedades de bienes raíces.

Además, habrá buenas oportunidades en empresas con presiones financieras. “Algunas compañías incurrieron en operaciones de financiamiento que en 2008 no eran vistas como agresivas en un inicio, pero que con las actuales condiciones de mercado sí lo son”, dice Zaldívar, de Hogan & Hartson. “Muchas de esas empresas se verán obligadas a reestructurarse, y como parte de ese proceso habrá un buen número de ellas que considerará prudente salir de parte de sus activos”.

No obstante, las oportunidades son sólo para valientes. En un escenario de volatilidad como el actual, muchas compañías optarían por mantenerse alejadas de cualquier situación de compra debido a dudas sobre la calidad del flujo de caja de la empresa a ser comprada, dice Eduardo Uribe, director gerente de Corporate Rating Latin America para Standard & Poor’s.

“Yo vería más probable que muchas de estas empresas opten por invertir en crecimiento orgánico en vez de realizar alguna adquisición”, dice Uribe. “Tendría que ser una muy buena oportunidad en términos de precio, y que por otro lado el monto requerido no fuese a impactar de manera importante su perfil financiero o su balance en términos de su estructura de capital y liquidez”.

Según Uribe, las empresas más bien están enfrascadas en reducir costos. “En la mayoría de los casos, lo que estamos viendo es muchas empresas que están recortando su gasto de capital al nivel mínimo posible para preservar liquidez, reducir deuda en la medida que puedan, y realmente consolidar su posición de negocios mientras esperan el retorno de condiciones más benignas en el mercado”.

Gianni Casanova, socio del banco de inversiones IB Partners en São Paulo, concuerda: explica que en una crisis de solvencia como la que estamos atravesando, las empresas están más enfocadas en su posición de caja, lo que las hace reducir costos, ver qué contratos pueden cancelar, a cuál proveedor retrasar el pago, y eso tiene un efecto cascada sobre la liquidez y solvencia de otras empresas.

Y ese sentimiento permanecería en los próximos meses, al menos hasta que disminuya la incertidumbre. “Este es un momento complicado para tomar decisiones… Es muy difícil hoy predecir qué panorama esperar para los próximos tres o cuatro o cinco años”, dice Fuentes, de S&P. “Y habría que tener mucha espalda y una posición competitiva muy fuerte, porque no sabemos hasta dónde va a llegar el slowdown económico, no sabemos cuál va a ser el fondo de la crisis”.

Pero para otros, como para los mexicanos de Bienes Turgon, salir de compras es una manera barata de reducir incertidumbre. “Consolidar es reducir riesgo, especialmente en esta industria que acostumbra operar con mucho apalancamiento”, dice De Nigris. “Hoy, para muchos, la única manera de subsistir es integrándose a una empresa que tenga efectivo”.

Con Felipe Aldunate y Eduardo Thomson, en Santiago.

Líquidos y valientes

La crisis económica internacional brinda una larga lista de motivos para mantener la cautela. Sin embargo, al revisar las cifras aparecen algunos nombres que sí cuentan con la liquidez, y aparentemente las ganas, para seguir creciendo.

Vale
El auge de los commodities dejó a la gigante minera con un colchón repleto de dinero. Según los ejecutivos de la compañía, sus reservas en efectivo suman más de US$ 15.300 millones y la empresa cuenta además con una línea de crédito a largo plazo de más de US$ 11.000 millones que podría ser usada en nuevas adquisiciones. No obstante, Vale ha dicho que no siente ningún apuro en gastar ese dinero. La minera ha realizado algunas adquisiciones pequeñas recientemente, incluyendo la compra de acciones de Onca Puma y también de algunos activos de carbón en Colombia, pero esto es visto más como un proceso para atar cabos sueltos y no constituyen una adquisición significativa para la empresa. Vale mostraba a septiembre del año pasado una liquidez corriente de 3,2 (o sea, que sus activos de corto plazo sobrepasaban 3,2 veces a sus pasivos a corto plazo).

Buenaventura
El mayor productor de metales preciosos de Perú ha señalado que ha estado atento a oportunidades de compra en momentos en que los precios de los metales se han venido abajo. La empresa cuenta con más de US$390 millones en reservas líquidas y particularmente estaría interesada en compañías que gocen de una sólida situación financiera que le ayuden a fortalecer sus libros bajo la actual coyuntura. Buenaventura ha dicho que ha sostenido conversaciones con algunos bancos de inversión, pero hasta el momento no ha encontrado algún blanco de compra con el perfil que busca. La empresa, que facturó US$ 823,7 millones en 2008, mostraba a septiembre del año pasado una liquidez corriente de 3,2.

Acindar
Esta es otra compañía con un cuadro financiero muy saludable. La empresa, que incumplió con sus obligaciones durante la crisis económica de Argentina, aprovechó el auge de los últimos años para quedarse sin deuda y ya ha realizado algunas inversiones para expandir su capacidad, pero no en forma significativa. Acindar contaba a finales de año con casi US$ 400 millones de dólares en efectivo y una relación 3,2 en liquidez corriente.

Grupo México
Esta empresa, con más de US$ 2.760 millones en efectivo, quiso en un momento comprar a la minera estadounidense Asarco, pero ahora dice que ya no está interesada. Sus accionistas, la familia Larrea, han realizado algunas adquisiciones fuera del rango minero, pero a titulo personal. La empresa, que facturó US$ 6.586 millones en el 2008, mostraba a septiembre del año pasado una liquidez corriente de 4 y una relación deuda neta/patrimonio neto de -16.4 para la misma fecha.

Televisa
Televisa ha estado haciendo algunas adquisiciones en años recientes y debido a su holgada situación financiera podría seguir haciéndolo en los próximos meses. La empresa cuenta con más de US$ 3.030 millones en su poder, monto que la convierte en una de las compañías con mayor disponibilidad de efectivo en México. La empresa facturó US$ 4.180 millones en 2008 y mostraba a septiembre del año pasado una liquidez corriente de 5,2. Su relación deuda neta/patrimonio neto era de 0,00 para la misma fecha.

América Móvil
América Móvil ha estado muy activa en las operaciones de M&A en el pasado y los analistas creen que podría seguir siéndolo en el futuro, aunque en una menor proporción. La empresa vinculada con el magnate Carlos Slim cuenta con más de US$ 1.100 millones para hacerlo pero mostraba una liquidez corriente de 0,7 a septiembre del año pasado.

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