viernes, 7 de marzo de 2008

Mercados emergentes: El debate sobre el desacoplamiento

Mientras la economía de Estados Unidos lucha por mantenerse en el aire, el mundo en vías de desarrollo está aprendiendo a desplegar sus alas.

Muchas palabras desagradables empiezan con la letra D: dolor, depresión, deuda (cuando se contrae) y deflación. "Desacoplamiento", por otro lado, tiene un halo más agradable, aun cuando es la fuente de bastante controversia.

Los economistas siguen debatiendo sobre si las economías emergentes irán detrás de Estados Unidos hacia la recesión. Los más pesimistas sostienen que "no tiene sentido hablar de desacoplamiento en una época de globalización": las economías han llegado a estar más entrelazadas a través del comercio y las finanzas, lo que debería hacer ciclos de negocios más sincronizados, no menos. La caída en los mercados bursátiles emergentes a raíz de lo que ha pasado en Wall Street parece apoyar su punto de vista.

Sin embargo, datos recientes indican que el desacoplamiento no es un mito. En realidad, puede aun salvar a la economía mundial.

El desacoplamiento no significa que una recesión estadounidense no tenga ningún impacto en los países en vías de desarrollo. Eso sería necio. Esos países han llegado a estar más integrados en la economía mundial (sus exportaciones han aumentado de un poco más del 25% de su PIB en 1990 a casi el 50% actualmente).

Las ventas a Estados Unidos obviamente que se debilitarán. El punto es que sus tasas de crecimiento de acuerdo al PIB se retardarán mucho menos que en crisis norteamericanas anteriores. Una mayoría disfrutó de un firme crecimiento en el cuarto trimestre del año pasado, y algunos se aceleraron, aun cuando la economía de Estados Unidos llegó a una virtual detención y sus importaciones (que no fueran petróleo) cayeron.

Una razón es que si bien las exportaciones a Estados Unidos han sufrido un traspié, aquellas a otras economías emergentes han tenido un aumento repentino.

Factor de apoyo

El crecimiento de China en las exportaciones a Estados Unidos tuvo un retardo de sólo el 5% (en términos de dólares) en el año hasta enero, pero las exportaciones a Brasil, India y Rusia tuvieron un aumento superior al 60%, y aquellas a los exportadores de petróleo, un aumento del 45%.

La mitad de las exportaciones de la nación asiática ahora parte hacia otras economías emergentes.

Asimismo, las exportaciones de Corea del Sur a Estados Unidos tuvieron una baja del 20% en el año hasta febrero, pero sus exportaciones totales subieron un 20%, gracias al comercio con otras naciones en vías de desarrollo. Un segundo factor de apoyo es que en varios mercados emergentes el consumo interno y la inversión se aceleraron en 2007. Su gasto de consumo se elevó casi tres veces más rápido que en el mundo desarrollado.

La inversión parece estar manteniéndose incluso mejor: de acuerdo a HSBC, el gasto de capital real subió un increíble 17% en las economías emergentes el año pasado, en comparación con sólo el 1,2% en las economías ricas.

Los escépticos sostienen que gran parte de esta inversión, especialmente en China, está en el sector exportador y por lo tanto se derrumbará cuando las ventas a Estados Unidos se debiliten. Pero menos del 15% de la inversión de China está vinculado con las exportaciones. Más de la mitad es en infraestructura y propiedad.

Las cuatro principales economías emergentes, que respondieron por dos quintas partes del crecimiento del PIB global el año pasado, son las menos dependientes de Estados Unidos: las exportaciones a este último responden sólo por el 8% del PIB de China, 4% del de India, 3% del de Brasil y el 1% del de Rusia. Más del 95% del crecimiento del 11,2% de China en el año hasta el cuarto trimestre provino de la demanda interna. Las exportaciones de México a Estados Unidos son más de un 27% de su PIB.

El crecimiento real del PIB se mantuvo firme en 3,8% en el año hasta el cuarto trimestre, pero los empleos de manufactura están cayendo, como también los envíos de dinero de los trabajadores desde el extranjero. La contracción de la actividad económica estadounidense a menudo hizo que los precios del petróleo y otras materias primas se desplomaran, pero esta vez la creciente demanda de China está apuntalando los precios y estimulando el auge en Brasil, Rusia y el Medio Oriente. Las exportaciones de Brasil subieron un 26% en el año hasta febrero.

Un reciente estudio del FMI que llevó a cabo Cigdem Akin y Ayhan Kose ofrece cierto respaldo a la idea de que se puede tener tanto desacoplamiento como globalización al mismo tiempo.

Los expertos dividen 106 países en tres grupos -países desarrollados, emergentes y en vías de desarrollo con bajos ingresos (los que están menos integrados a la economía mundial)- y luego miden cómo ha cambiado la correlación entre las economías en el transcurso del tiempo a medida que se han expandido los flujos a través de las fronteras. Encuentran que el crecimiento en realidad se ha vuelto más sincronizado entre las economías desarrolladas y también entre las emergentes.

Sin embargo, de un modo sorprendente, la actividad económica en las economías emergentes se ha desviado (o desacoplado) de aquella en las economías desarrolladas en las últimas dos décadas. El impacto de las economías ricas en el crecimiento de las emergentes tuvo una abrupta caída.

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