domingo, 3 de enero de 2010

La industria automotriz pone nueva cara

Ford, GM y Toyota cambiaron la forma en que trabajan para hacer frente a la crisis económica; una nueva ingeniería de productos y mercados emergentes, marcan la pauta para un modelo diferente.


La industria automotriz en el siglo XX ha generado una gran transformación, no solamente en los procesos productivos, sino también en lo económico y en lo social. La manera de producir de Ford, el posicionamiento estratégico de General Motors a través de la segmentación de mercados y los sistemas productivos de Toyota han transformado al mundo. Ahora nos encontramos en los inicios de una nueva etapa en el desarrollo del sector.

En el ocaso de una era en la industria automotriz y en los albores del siglo XXI, estamos viviendo la reestructuración total del sector.

¿Qué factores han contribuido al rompimiento de uno de los sectores clave del mundo industrializado que, aparentemente, se encontraba en un estado de desarrollo armónico?

Analizando las cifras globales al cierre del año 2008, los resultados son totalmente distintos a los que se venían dando entre los principales competidores, lo cual hasta cierto punto muestra una paradoja.

Desde hace varios años, Toyota se proyectaba como la empresa líder en el sector automotriz por la calidad de sus productos y de los sistemas productivos que había desarrollado. Lo sorprendente es que alcanzó dicha posición con pérdidas de más de 4,000 millones de dólares (MDD). ¿En qué se equivocaron?, ¿pudieron evitarlo?, ¿es un problema estratégico?, ¿es un problema operativo?

Por otro lado, Volkswagen, con ventas de 166,579 MDD en 2008, por primera vez, se colocó en la segunda posición en ventas y tercera en volumen. ¿Qué ha hecho bien Volkswagen para ser el número dos en ventas con fuertes utilidades?

El sistema de producción de Toyota por la vía de la reducción de costos pudiera estar llegando a sus límites, de tal manera que la eliminación del desperdicio, el justo a tiempo y la calidad medida en partes por millón se han convertido en un estándar para toda la industria. Asimismo, el compromiso del empleo de por vida ha obligado a la industria automotriz japonesa a mantener la producción dentro de sus fronteras, lo cual la vuelve cada vez menos competitiva.

En un mercado global con ventas de 70 millones de automóviles en 2008, 45% está concentrado en tan sólo cuatro países, destacando China, que en menos de una década ha logrado pasar de producir dos millones de unidades, a más de nueve millones de autos para el mercado interno.

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