lunes, 27 de julio de 2009

"Creo que estamos un poco de caída por el desorden"

EL EJECUTIVO CREE QUE EL GOBIERNO ESTÁ DANDO SEÑALES DE DEBILIDAD MUY PELIGROSAS. ASIMISMO INDICA QUE EL EMPRESARIADO REQUIERE COMPROMETERSE MUCHO MÁS CON LAS COMUNIDADES DONDE REALIZA SUS OPERACIONES.
Por: Manuel Marticorena

Augusto Baertl es un empresario que ha dedicado su vida al sector minero. Ha sido gestor de varios proyectos entre los cuales está el megaproyecto Antamina, que dejó en marcha hace cinco años. Si bien sigue explorando proyectos para la explotación de metales, Baertl ha incursionado en otros rubros de negocios como medios de comunicación y el sector agroindustrial a través de Agrícola Chapi. Sin embargo, esta vez no lo buscamos por sus negocios, sino para conocer sus reflexiones acerca del compromiso que están asumiendo o deben asumir los empresarios con el desarrollo del país. Este fue el resultado.
¿Cuál es su evaluación del comportamiento del em-presariado peruano fren- te a esta última crisis?Ha continuado desarrollando una actividad valiosa. Hemos visto en los últimos años crecer la economía de una manera importante y esto prácticamente es producto de la inversión privada. Nunca nos podríamos haber imaginado que ante una crisis como la que vive el mundo, el Perú tuviera tanta fortaleza. Eso se debe al esfuerzo que ha hecho el empresariado en los últimos años. Sin embargo, yo le haría un llamado para que se comprometa más con el desarrollo del país, antes que con el desarrollo de su propia actividad económica.
¿A qué tipo de compromiso se refiere?A asumir una verdadera alianza con su entorno social de tal forma que el empresario transmita un apoyo a la gestión que requieren las instituciones de su comunidad, que necesitan de esa capacidad de gestión que tienen los empresarios. Como regla, todo empresario debe tener un mapa de cuáles son los actores con los cuales se debe relacionar en su comunidad, analizar qué tipo de desarrollo existe en su entorno social y cómo con su capacidad de gestión puede enriquecer esa visión de desarrollo convirtiéndose en un actor adicional.
¿No hay un compromiso social por parte de los empresarios?No diría eso. Sí lo hacen, pero no con la intensidad que deberían hacerlo.
¿Cree que la población percibe que los empresarios impulsan el desarrollo?Hoy día la sensación de beneficio, de satisfacción de la población con la contribución del empresariado al país es fuerte. Los centros comerciales son una señal de mejora innegable. En La Oroya pueden decir que no ha cambiado nada, que todo es una porquería, pero eso es falso. La Oroya ha mejorado mucho, los señores de Doe Run tendrán todos los pecados mortales del mundo pero es innegable que ha mejorado esa ciudad. Por eso, sí creo que el poblador peruano siente los beneficios del mejoramiento de la situación económica del país, y esto en gran parte se debe al esfuerzo de la empresa privada.
¿Por qué el empresariado no se involucra más con el sector político?Yo creo que sí podría hacerlo, pero hay que ordenar el país para que eso suceda. Es impresionante cómo en los últimos años se ha sancionado a los empresarios que han participado en política a través de una multitud de juicios. Pareciera que el empresario no es bienvenido en la clase política. Ahí tiene a Alfredo Jalilie, que todos reconocemos es un hombre de primera categoría, pero que ahora tiene una multitud de juicios por haber participado como viceministro de Economía. El empresariado peruano ha participado muchísimo en la década de los 90 y principios de esta década.
Pero ahora se han retraído.Seguramente es porque hay una menor convocatoria. Pero no se olvide que no hace muchos años tuvimos a Pedro Pablo Kuczynzki como primer ministro o a los hermanos Quijandría (Álvaro y Jaime) que son gente de primer nivel del sector empresarial que ha participado en la política.
Se trata de profesionales, no de empresarios…El empresario no solo es aquel que tiene un emporio empresarial económicamente boyante, empresarios somos todos, diría que hasta el carretillero es empresario. Hay que usar el término empresarial en el buen sentido.
¿Cómo ve al país como empresa? ¿Tiene futuro?Creo que estamos un poco de caída por el desorden y la anarquía. Hay un clarísimo agravamiento de la falta de respeto al sistema, a la democracia y a las leyes.
¿A qué cree que se deba esto?Creo que lo que falta es que la población vea claramente que el Gobierno lucha de manera clara, efectiva y transparente contra la corrupción. Eso no se ve. Por ejemplo, en los 90 había la percepción de que todo el proceso privatizador era impecable. No había realmente ninguna observación sobre nada doloso. Hoy día con mucha facilidad se dice que hay corrupción en los procesos. Yo no creo que la haya. Lo lamentable es que muy fá-cilmente el Gobierno cede a la presión y detiene los procesos. Esa es una expresión de debilidad.
¿Se refiere a los procesos de concesión de Taboada y Collique?Por ejemplo. ¿Por qué esto no camina de una manera más rápida? ¿Eso no es lo que necesita el país?
¿No se trata más de un tema de confianza en que las cosas no se están haciendo de una manera adecuada?La confianza es algo que se gana, que no se compra o se logra con una acción. Se gana como producto de todo un esfuerzo. Yo estoy involucrado en este momento en el esfuerzo de lograr ganar la confianza de una comunidad en una región muy apartada del país y he trabajado cuatro años para lograrlo. Esto implica constancia, demostrar transparencia, compromiso, veracidad. Y no se trata solo de comprometerse, sino de cumplir.
¿Qué efecto cree que tuvo lo sucedido en Bagua para el sector empresarial?Lo pasado en Bagua es una luz ámbar de advertencia de que en la zona no solamente existen posibilidades de desarrollo sino muchas necesidades y muchos agentes que está participando con una agenda propia que no necesariamente está ligada al desarrollo.
¿No cree que esto además refleja la gran inseguridad que existe para las inversiones en la selva?Definitivamente transmite una sensación de inseguridad y afecta el flujo de inversiones en esa región. Pero no hay que olvidar también que hay mucho futuro económico en la selva. Hay cientos de millones de hectáreas deforestadas que podrían convertirse en proyectos agrícolas y forestales de primera magnitud. Tiene que haber una labor fuerte para nuevamente ganar la confianza de la comunidad.
¿No cree que el diálogo como instrumento para intentar solucionar estos problemas también se ha debilitado?Está muy manoseado. ¿De qué diálogo hablamos? ¿De un diálogo político en el que las fricciones son constantes? ¿Un diálogo en el cual diferentes agentes como la Iglesia y ONG lo único que hacen es llevar a las comunidades hacia una agenda propia?
¿El diálogo empresas-población ha sufrido el mismo resquebrajamiento?No mezclemos las mesas de diálogo político con mesas de diálogo que permiten generar procesos de desarrollo que son de más largo plazo. Hay que entender que el diálogo per sé no termina cuando se llega a un acuerdo, sino que se enriquece para iniciar una visión conjunta de desarrollo del entorno social donde están las empresas y que son parte del compromiso que debería haber entre empresa y comunidad, que es a lo que me refería al inicio de esta conversación.
LA EMPRESA
NOMBRE Gestora de Negocios e Inversiones.
SEDE Lima.
ANTIGÜEDAD Se fundó en el 2005.
NEGOCIO La empresa asesora proyectos y a empresas mineras en aspectos relacionados con geotécnica e ingeniería. Es socia en la filial peruana de Downing Teal (buscadora de talentos).

EL ENTREVISTADO
ESTADO CIVIL Casado.
EDAD 66 años.
HOBBY La fotografía.
ESTUDIOS Ingeniero de minas de la Universidad Nacional de Ingeniería. Realizó cursos de especialización en las universidades de Harvard y Northwestern, en Estados Unidos. EXPERIENCIA Fue gerente general y directivo en la Compañía Minera Milpo y ex presidente de Minera Antamina. También ha emprendido proyectos agrícolas.

www.elcomercio.com.pe

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