jueves, 9 de abril de 2009

Latinoamérica, ¿un oasis para los fondos de inversión en medio del desierto?

El erial en que se ha convertido el mercado financiero, sobre todo desde el pasado 15 de septiembre, cuando el descalabro del banco de inversión Lehman Brothers terminó desplomando al ya herido mundo de la inversión, apenas ofrece oportunidades de encontrar productos que ofrezcan rentabilidades. Pero en todo desierto existen oasis y, en esta ocasión, el maná se encuentra en Latinoamérica, donde el menor impacto de la crisis que, al menos por el momento, está sufriendo la región, unido a la locomotora en que se ha convertido Brasil está permitiendo al sector de fondos de inversión encontrar rentabilidades inimaginables en Europa y Estados Unidos.
Las cifras hablan por sí solas. Un fondo de Société Générale, bautizado como SGAM Fund/Equities Latin America, que invierte en toda la región, recoge una espectacular rentabilidad del 40,98 por ciento en los tres primeros meses de 2009. Todos los vehículos de la familia Deutsche Bank centrados en Brasil, que comparten el apellido común DWS Invest Brazilian Equities, cosechan rentabilidades superiores el 26 por ciento en el mismo periodo; mientras que el francés Crédit Agricole también está consiguiendo ofrecer a sus clientes mejoras superiores al 20 por ciento tanto en su fondo institucional como en los clásicos centrados en el mercado brasileño.
En total, trece fondos de inversión han cerrado el primer trimestre del año con ganancias superiores al 20 por ciento; y más de un centenar obtienen rentabilidades superiores al 10 por ciento. De hecho, solamente dos fondos de todos los vehículos de inversión centrados en Latinoamérica cosechan números rojos en el año. Se trata de los vehículos de la familia EMIF Mexico, que invierten en renta variable del país azteca. Esta buena evolución de la región resulta todavía más espectacular si se comparan con la situación de Europa y Estados Unidos, donde después de un nefasto año 2008, rematado por el escándalo Madoff, el arranque de este ejercicio continúa marcado por rentabilidades negativas en la inmensa mayoría de los vehículos. Ni siquiera el rebote bursátil del mes de marzo ha conseguido cambiar el rumbo de los fondos de inversión en sus dos principales mercados.
Los motivos de esta dispar evolución son varios, pero podrían resumirse en dos grandes bloques. Por una parte, las economías latinoamericanas están consiguiendo capear mejor que Europa y Estados Unidos la crisis desde un punto de vista macroeconómico. Por otro lado, que podría considerarse consecuencia del anterior, los mercados de valores de la región están evolucionando muy positivamente. De hecho, el índice MSCI Latinoamérica, que recoge la evolución de todos los principales valores latinoamericanos, gana un 15 por ciento en el año.
Deberes hechos
El manantial que ha convertido a Latinoamérica en un oasis en mitad del desierto financiero mundial debe buscarse en el pasado, en los últimos años, durante los cuales, algunos países de la región han sabido hacer los deberes y construirse una coraza propia que, ahora, les permite capear mejor la tormenta internacional y verse menos arrastrados por la debacle de las economías más desarrolladas. Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de Entorno Económico de IE Business School, admite que “resulta sorprendente cómo Latinoamérica está aguantando la crisis mejor que el resto de economías, cuando lo normal hubiera sido que sufriera bastante, y el motivo es que han mejorado mucho la estabilidad macroeconómica, introduciendo cierto control fiscal, obteniendo superávits primarios en muchos países, reduciendo el endeudamiento gracias al pasado boom de las materias primas, inyectando una cierta estabilidad monetaria y reduciendo la pobreza”.
Un combinado de medidas que han permitido a la región crecer en torno al 1,5 por ciento de media desde 2004, según Martínez Lázaro. Para este año, los expertos barajan que la riqueza latinoamericana pueda elevarse en otro 1 por ciento, algo inimaginable para las economías europeas y norteamericanas, que han sufrido en sus arcas el duro golpe de la recesión. Pero existen muchas Latinoaméricas y, para el profesor Lázaro, la mejor de todas está siendo Brasil, una opinión que coincide con la espectacular marcha de los fondos de inversión en el país de Lula.
Y es que existe una relación directa entre la buena gestión macroeconómica del mandatario brasileño con el actual atractivo del país para los vehículos de inversión alternativa. El profesor de IE Business School señala que “Lula, desde el principio, se marcó como objetivo reducir los problemas sociales pero desde el punto de vista de un crecimiento económico, y lo ha conseguido. Millones de brasileños han salido de la pobreza al mismo tiempo que Brasil ha ido mejorando sus índices macro. De hecho, el pasado ejercicio, esta economía creció un 5,4 por ciento y se prevé que este año aumente otro 1,2 por ciento, una cifra espectacular en el entorno global actual. Y lo ha hecho al mismo tiempo que ha ido reduciendo la inflación y los tipos de interés, y consiguiendo superávits primarios”. Sus palabras quedan subrayadas por el dato de que en los últimos cinco años, las políticas de Lula han conseguido reducir en un 20 por ciento las cifras de población que vive por debajo del umbral de la pobreza.
Todas estas mejoras quedan reflejadas en la evolución del índice Bovespa, indicador de las principales compañías brasileñas, que acumula una ganancia del 8,99 por ciento en el primer trimestre del 2009, y que cerró el pasado ejercicio con un desplome del 41,22 por ciento. En cambio, el español Ibex-35 sufrió un desplome medio del 39,43 por ciento; mientras que el estadounidense Dow Jones se dejó un 33,84 por ciento.
Roberto Nemr, gestor de la firma de inversión brasileña Itaú AM, reconocía a principios de año a la agencia especializada en fondos de inversión Cityware que “hemos dejado de estar preocupados por la desaceleración económica internacional, porque Latinoamérica se beneficia del crecimiento de la demanda de consumo doméstico. Ahora, deberemos sacar provecho de las reformas fiscales que se han tomados en los últimos años, que han perseguido incrementar las medidas contracíclicas en tiempos de inestabilidad global. Estos dos factores se traducirán en una menor desaceleración comparada con otros países”. El tiempo le ha dado la razón.
De hecho, las economías latinoamericanas que rompen el buen tono de la región son aquellas que no han hecho los deberes en los últimos años. Bolivia y Venezuela, con sus políticas populistas a la cabeza, lideran este grupo de rezagados. México tampoco está sabiendo aprovechar el buen momento de la región, aunque su radiografía es muy diferente a los dos países citados anteriormente. En su caso continúa pesando como una losa la excesiva exposición del país a la economía estadounidense, receptora del 80 por ciento de sus exportaciones. Además, la falta de reformas estructurales en el país ha hecho que el IPC (Índice de Precios de Consumo) siga creciendo, a pesar de la desaceleración económica. Y tampoco puede olvidarse el recorte de ingresos que está sufriendo el país por la caída de las remesas, procedentes, en su mayoría, de mexicanos emigrados a Estados Unidos.
¿Oasis o espejismo?
A pesar de la positiva foto que está ofreciendo Latinoamérica, resulta inevitable preguntarse si se trata de una realidad o de un espejismo. Y parece que se trata más de lo primero. De hecho, antes de estallar la crisis financiera mundial, muchas economías de estos países empezaron ya a promover medidas dirigidas a incentivar la inversión de los fondos de inversión, un cambio de tercio que, en opinión del economista jefe de la unidad de Tendencias Globales de BBVA y profesor del Departamento de Economía Pontificia de la Universidad Católica del Perú, David Tuesta, continuará cuando se disipe la actual tormenta financiera. “Seguramente, estos países esperarán a que los mercados financieros se tranquilicen antes de establecer reformas relevantes, pero lo harán, porque se estuvo avanzando hacia ellas a pasos acelerados”.
En su opinión, “todos los datos económicos señalan que Latinoamérica es la región que mejor se encuentra sobrellevando la actual crisis financiera, hecho que contrasta con la situación que estos países enfrentaron en escenarios previos de tensión mundial. Lo que se observa ahora, en la mayor parte de la región, es un sistema financiero saneado y resistente, con bajo riesgo de enfrentarse a quiebras bancarias importantes, como sí hemos venido experimentando en el resto de continentes”. Este factor, unido a las reformas macroeconómicas llevadas a cabo en muchos países, permiten al profesor Tuesta confiar en la evolución del negocio de los fondos de inversión, tanto alternativos como de pensiones, en la región.
Chile, Brasil y México concentran sus mejores augurios. “Fundamental Chile, que tiene un mercado de fondos de pensiones privados muy activo, tanto en su etapa de acumulación como en la de prestaciones. Es el sistema obligatorio más antiguo, con 27 años de experiencia y un ratio de cobertura respecto a la fuerza laboral de más del 80 por ciento. Por su tamaño, destacaría las oportunidades que ofrecen Brasil y México, que también son plazas muy interesantes”, añade.
El ejemplo de Chile y el potencial de sus fondos de pensiones son una primera puerta de entrada para popularizar la inversión en fondos alternativos, que también se están viendo impulsados por la fortaleza con que la región está capeando la crisis. Por tanto, cabe la opción de pensar que cuando la economía se recupere, se retomarán las medidas dirigidas a atraer estos vehículos de inversión con mayor fuerza. Dicho de otro modo, el creciente interés de las gestoras internacionales por Latinoamérica responde, en opinión de Tuesta, “a la mejora de las condiciones de mercado, en tamaño y número de potenciales clientes, experimentado por las economías de la región. Además, en gran medida, esto se ha visto impulsado por la extensa participación del sector privado en planes de pensiones obligatorias”.
Por ello, cada vez más gestoras de fondos se interesan por el mercado latinoamericano dado que, incluso en años históricamente complicados, han seguido aumentando su clientela y su patrimonio gestionado a un ritmo acelerado. Muchas de estas firmas de inversión centralizan su negocio latinoamericano desde España, dada las familiaridades entre ambas culturas y el peso de los grandes bancos españoles en el sistema financiero de Latinoamérica.
Publicado el: 08/04/2009

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