domingo, 4 de mayo de 2008

Sale Internet, entra The Grid

Debido al creciente flujo de contenido "pesado", como los videos, y al aumento exponencial de internautas, la internet que conocemos podría colapsar en dos años más. Sin embargo, un importante experimento de física pondrá a prueba una nueva red, The Grid, tan veloz que casi parece mentira. Con The Grid la discografía completa de los Rolling Stones demoraría sólo 2 segundos en ir de un sitio a otro.

Por Ángel Jiménez de Luis

Échele la culpa a YouTube, si quiere, o a China, que ya es el país del mundo con mayor número de internautas y donde aún falta una gran parte de la población por conectar. El caso es que, a partir del año 2010, la humanidad podría empezar a sufrir "cortes" en el servicio de acceso a internet debido a una saturación de las redes. La fecha la ha calculado la consultora Nemertes. Para evitarlo, los proveedores de acceso deberían desplegar infraestructura por valor de US$ 137.000 millones en dos años, es decir, invertir el doble de lo que se está invirtiendo en estos momentos.

Añada a estos cálculos las últimas y catastróficas predicciones del consorcio IPv6, entidad que ha planteado que el mundo se quedará sin direcciones IP -la serie de números que identifica a cada máquina en la red- en el año 2010. Esto, si no se comienza pronto el cambio desde la versión IPv4, que ahora utilizamos, a su más compleja y flexible sucesora. Ahí lo tiene: el Apocalipsis, versión digital.

No es la primera vez que se advierte del colapso de la red y aquí seguimos, con más internautas que nunca y creciendo a buen ritmo. Pero esta vez, por varias razones, la amenaza podría ser real.

La primera de ellas es que el contenido que demandamos de la red cada vez es más pesado e intensivo. Hace unos años, la distribución de video estaba en pañales y hoy es casi extraño ver una página web que no esté enlazada a YouTube; segundo, porque BitTorrent y el tráfico P2P se están comiendo el ancho de banda del planeta; y tercero, porque los operadores amenazan con acabar con la neutralidad de la red, el principio de igualdad para todas las máquinas y datos que circulan por la inmensa telaraña mundial de ordenadores conectados. Tal vez en unos pocos años mis paquetes de datos valgan más que los suyos, y entonces usted tendrá que esperar a que yo acabe para acceder al ciberespacio.

Así las cosas, casi es un alivio que en Suiza estén ensayando con un buen sustituto para internet. Este verano (boreal) se pondrá en marcha el Gran Colisionador de Hadrones -LHC-, el mayor acelerador de partículas que jamás ha existido. Si el experimento no crea un pequeño agujero negro que nos acabe tragando a todos, la cantidad de información que habrá que analizar será tan grande que una red tradicional de ordenadores sería ineficiente. Por eso, en el CERN -el laboratorio multinacional europeo que está llevando adelante el proyecto- han creado una red de computación distribuida que será capaz de intercambiar y procesar información a una velocidad que ahora parece de ciencia ficción: unas 10.000 veces superior a la actual. En términos prácticos, sería capaz de transferir la discografía completa de los Rolling Stones -incluido el pésimo Dirty Work, de 1986- en unos dos segundos. Y eso contando el tiempo que se tarda en hacer clic.

En principio, la red conectará unos 55.000 servidores y se ha bautizado como "The Grid" -la cuadrícula-. Se inspiró en experimentos anteriores, como el proyecto SETI@home o Fold@home, en el que también se ha ensayado con elementos de computación distribuida (o grid computing), sólo que en esta ocasión la idea está reforzada con conexiones de gran ancho de banda. En dos años esta red habrá crecido hasta los 200.000 servidores y, quién sabe, tal vez sea el germen de una nueva internet más eficaz, como en su día lo fue la vieja Arpanet.

Muchas universidades americanas han empezado también a ensayar con nuevas estructuras de comunicación, a las que han bautizado como Internet 2. Serán redes que permitirán realizar videoconferencias de alta resolución sin retardo temporal, y que podrán sostener el peso de una red verdaderamente mundial y multimedia como la que tendremos en la segunda década de este siglo. Esperemos que para entonces le hayan cambiado el nombre.

Revista Qué Pasa - Chile

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