miércoles, 28 de noviembre de 2007

¿Es imposible prever qué le espera a la economía americana?

A finales de octubre, la Reserva Federal de EEUU dio a los mercados financieros justo lo que querían: una rebaja de un 0,25% de los tipos de interés. Pero, a principios de noviembre, las acciones cayeron y el dólar volvió a registrar un nuevo mínimo. Lo que en un principio eran sólo elogios se volvió aprensión— después, vinieron nuevamente los aplausos a medida que los mercados se recuperaban a mediados de mes.

¿Por qué los especialistas no se deciden? ¿La perspectiva es buena o mala?

Según los profesores de Wharton, hacer una previsión es particularmente difícil en este momento porque algunos de los principales factores —como la crisis crediticia como consecuencia del desastre de las hipotecas subprime (de alto riesgo), los precios exorbitantes del petróleo y la caída del dólar — tienen escasos precedentes históricos.

Las incertidumbres dejaron a la Fed indecisa. En declaraciones hechas el 31 de octubre, el banco central americano informó que rebajaría los tipos de interés para compensar los efectos del desplome de la vivienda. Sin embargo, también señaló que los futuros recortes tan deseados por el mercado tal vez no se materialicen a causa del temor a la inflación. “El comité cree que, después del recorte efectuado, los posibles riesgos positivos de una inflación compensarían de forma significativa los riesgos negativos al crecimiento”, decía la declaración.

“Tiene sentido para mí”, señala Jeremy Siegel, profesor de Finanzas de Wharton. “Aún creo que los riesgos de desaceleración son un poco más elevados que los de inflación, pero no mucho. La Fed devolvió el justo equilibrio entre los dos, lo que no es ninguna insensatez. Creo que si dependiera exclusivamente de Ben Bernanke, presidente de la Fed, la fragilidad de la economía sería considerada el principal riesgo del momento. Pero la decisión tenía que ser tomada junto con muchas otras personas, que decidieron dejar todo igual que estaba.” Tal y como Bernanke y muchos otros economistas, Siegel espera que la economía americana se desacelere en verano. Sin embargo, él cree que hay sólo un 25% de probabilidad de recesión, aproximadamente, el año que viene.

“Es difícil de prever”, observa Richard J. Herring, profesor de Finanzas de Wharton. “Creo que existe mucha indecisión en la Fed”. Herring señala que aunque el dólar a la baja haga los productos extranjeros más caros en EEUU, aumentando la amenaza de inflación, el hecho es que tal situación ha sido una bendición para los exportadores americanos, ya que hace los productos de EEUU más baratos en el exterior.

Al mismo tiempo, muchos americanos tal vez se sientan más pobres, después de ver cómo el valor de sus casas descendió y están gastando más en combustible. Por otro lado, el índice de empleo permanece elevado, la economía continúa creciendo a un ritmo razonable, la productividad está aumentando y las acciones obtuvieron ganancias excelentes este año, a pesar de algunas caídas terribles.

No se sabe cómo afectará todo esto al gasto del consumidor, que es fundamental para la economía americana, dice Herring. “El sector de la vivienda es lo que preocupa actualmente. Pero las estadísticas de corto plazo, sin embargo, continúan siendo sólidas [...] Mucha de ello depende probablemente de lo que ocurra en el comercio minorista en diciembre”.

Gregory Nini, profesor de Seguros y Gestión de Riesgos de Wharton, y ex-economista de la Fed, considera optimistas las tendencias. “Me preocupo mucho menos ahora que a finales del verano”, dice. En aquella época, para muchas empresas era prácticamente imposible recibir prestado el dinero que necesitaban para crecer debido a la crisis crediticia por la crisis de las hipotecas subprime. Desde entonces, el crédito es más flexible. Las cifras del empleo también son positivas, señala Nini. “La gran cuestión ahora es saber de qué forma evolucionará el mercado laboral y, de modo especial, de qué manera influirá en el gasto del consumidor”.

Un poco más pesimista es Richard Marston, profesor de Finanzas de Wharton, quien teme que la recesión pueda ser una amenaza real. La contracción del crédito como consecuencia de la crisis de las hipotecas subprime fue peor de lo que muchos especialistas esperaban que fuera y su alcance continúa siendo difícil de evaluar. Si la situación sigue siendo desfavorable al crecimiento de los negocios, la economía podría quedarse seriamente debilitada, dice él. “Si vamos o no a llegar a la recesión depende de algunas cosas: o la situación de los bancos empeora hasta el punto de que restrinjan la concesión de crédito para préstamos regulares, lo que afectaría a las empresas de pequeño y medio tamaño del país, o el consumidor dejará de gastar. Nuestra situación es tan precaria actualmente que cualquiera de las dos situaciones puede llevarnos a la recesión”.

Territorio desconocido
Los economistas tienen mucha experiencia en la evaluación de las cifras del desempleo, de la inflación, del producto interior bruto y de las tasas de interés, muchos, sin embargo, no saben cómo evaluar diversos factores que se han trasladado a territorio desconocido.

El primero de ellos es el petróleo, que hoy está en rondando los 100 dólares el barril, mientras que al principio del año estaba cotizado a 60 dólares. Ese número, si es ajustado por la inflación, se aproxima al techo alcanzado a finales de los años 70; aunque, de modo general, los precios del petróleo no influyen hoy en día en la economía americana de modo tan severo como en aquella época.

Afortunadamente, dice Siegel, los precios de la gasolina no han alcanzado todavía las ganancias obtenidas con el petróleo crudo. Los precios en las gasolineras continúan por debajo de los elevados valores observados en el periodo posterior al Katrina de hace dos años. “Estoy más preocupado con la subida del precio de la gasolina hasta 4 dólares el galón que con la crisis de las hipotecas subprime.” El consumidor continuará gastando aunque la caída en los precios de la vivienda le haga sentirse más pobre, dice Siegel, pero él duda de que lo hagan si fueran golpeados también por un aumento muy grande del coste del combustible.

Aunque sean varios los factores que inciden sobre los precios del petróleo, un dólar a la baja es uno de los factores principales, ya que encarece el precio del petróleo importado. A principios de noviembre, el dólar alcanzó un nuevo mínimo en relación al euro — otro factor difícil de evaluar. Cuando le preguntaron si, en su opinión, el dólar podría caer aún más, Herring dijo que “era probable, pero también existía la posibilidad de que la moneda americana se apreciase. Todo lo que sabemos científicamente acerca de la tasa de cambio es que ésta, lo mismo que el mercado de valores, no se presta fácilmente a la previsiones”.

Las tasas de cambio son reguladas por la oferta y por la demanda en mercados internacionales gigantescos, y los analistas nunca saben qué fuerzas controlan el pensamiento de los operadores. Muchos especialistas creen que los operadores están forzando la caída del dólar como una especie de castigo por el déficit fiscal y en cuenta corriente generado por el gobierno. Los déficit indican que los americanos están enviando cientos de miles de millones de dólares al exterior. Por eso, hay una oferta enorme de moneda que tiende a empujar el precio del dólar hacia abajo, así como sucedería con una materia prima cualquiera.

Los recortes realizados recientemente por la Fed en los tipos de interés contribuyeron a la caída de la moneda americana, ya que los inversores extranjeros consideran las inversiones denominadas en dólares, como es el caso de los títulos del Tesoro americano, menos atractivos cuando el rendimiento es menor. Una demanda más baja empuja los precios hacia abajo.

China es el mayor comprador de dólares del mundo, y cuenta actualmente con una reserva de cerca de 1,4 billones de dólares cuyo objetivo es reducir la oferta mundial y, con eso, mantener el precio de la moneda, de modo que los americanos continúen siendo los mayores compradores de los productos chinos. El 7 de noviembre, un funcionario del gobierno chino asustó a los agentes del cambio monetario al decir que China tal vez diversifique sus reservas de monedas. Si China vende un volumen significativo de dólares, el salto en la oferta podría empujar la moneda aún más hacia bajo.

Los analistas observaron rápidamente que el funcionario mencionado no formaba parte del equipo responsable de la política cambiaria del país, y hubo quien se preguntó si su declaración no era un ensayo para probar la reacción del mercado a la idea. Varios especialistas creen, sin embargo, que China no puede simplemente darse al lujo de deshacerse de buena parte de sus dólares, ya que si se disparara la oferta se reduciría aún más el valor de la moneda americana, depreciando de esa forma el valor de las restantes reservas del país. “Si hicieran eso, su influencia sobre el cambio extranjero sufrirá un cambio de tendencia, y ellos saben muy bien que la actual situación es responsable del dólar alto y las exportaciones a todo ritmo de sus productos”, dice Marston. Herring añade: “Los responsables de las reservas saben que su diversificación tendría como resultado un castigo terrible” para la propia China.

Para Nini, la preocupación por el dólar influencia las decisiones de la Fed. Aunque pueda cortar los tipos de interés para forzar la desaceleración de la economía, la Fed prefiere no hacerlo ante el temor de que tal actitud pueda empujar aún más el dólar cuesta abajo, provocando la subida de los precios de los productos extranjeros y alimentando la inflación. Por eso la Fed no se decide.

De momento, dice Nini, los mercados financieros no parecen considerar la inflación como una amenaza seria. Sólo comienzan a preocuparse por ella cuando aumenta el margen entre las ganancias con títulos del Tesoro de diez años y los títulos del Tesoro de diez años indexados a la inflación. De momento, eso todavía no ha ocurrido, dice.

El enigma de las hipotecas subprime
Entre los principales factores desconocidos de la economía americana y de los mercados financieros destaca la magnitud de la repercusión de las hipotecas subprime. La crisis comenzó el invierno pasado cuando millones de propietarios de inmuebles residenciales descubrieron que las prestaciones de su hipoteca estaban subiendo a medida que los tipos de interés aumentaban. Un contingente cada vez mayor de esos prestatarios, generalmente personas con un historial de crédito débil, atrasaba los pagos del préstamo entrando en el proceso de ejecución de su hipoteca. Eso empujó hacia abajo los precios de los títulos basados en créditos de alto riesgo.

Seis meses antes, la mayor parte de los especialistas creían que el perjuicio se limitaría a algunos fondos hedge y a otros grandes inversores que habían apostado por esos títulos arriesgados en búsqueda de ganancias elevadas. Pero, en el verano y el otoño pasados, grandes empresas de Wall Street comenzaron a anunciar pérdidas millonarias. Fue entonces cuando admitieron que las pérdidas serían mayores de lo que inicialmente habían divulgado. Los consejeros delegados de Merrill Lynch y de Citigroup fueron despedidos.

“Imaginar que dos consejeros delegados de dos de las mayores empresas de Wall Street pudieran ser despedidos era inconcebible hace algunos meses”, dice Marston. Aunque Marston pensara, durante la primavera, que muchos especialistas estaban subestimando los perjuicios en los mercados de la vivienda y las hipotecas, ni él esperaba que la situación evolucionara hacia una crisis de crédito más amplia, observa.

Lo que importa ahora es saber si el problema ya es conocido en toda su extensión — una incertidumbre que contribuye al nerviosismo de los mercados financieros. “Ése es precisamente el motivo por el cual las personas son tan pesimistas”, dice Herring. “Lo que sabemos, de momento, es que los títulos basados en hipotecas subprime en 2006 y 2007 presentan un rendimiento mucho peor que sus equivalentes en cualquiera otra época de su historia reciente.”

Tal vez sea preciso que pase un año, o dos, antes de que conozcamos la extensión total de los perjuicios, añade Herring, ya que muchos de esos títulos se basan en hipotecas indexadas a índices ajustables que todavía no han sido reajustados. Muchos propietarios sin condiciones de contratar nuevos pagos más elevados no conseguirán vender sus casas para pagar los préstamos hechos porque los precios descendieron y las ventas cayeron. “Eso significa que la situación se hará aún más dramática en lugar de mejorar. En este momento, aún es difícil saber exactamente lo que falta por ocurrir”, dice Herring, añadiendo que es imposible prever lo que ocurrirá, ya que buena parte de los productos hipotecarios de crédito subprime, y los títulos basados en ellos, son demasiado nuevos y por eso no cuentan con un historial que se pueda rastrear.

Incluso los títulos basados en hipotecas de buen rendimiento cayeron súbitamente en un 20%, un 30% y hasta un 40%, de manera que muchos inversores que tenían una buena impresión de su comportamiento ‘acabaron teniendo en la mano unas carteras más arriesgadas de lo que esperaban”, destaca Herring.

De acuerdo con el profesor de Finanzas de Wharton, Marshall E. Blume, no fueron sólo los precios de los títulos basados en hipotecas subprime los que fueron sobreestimados y que ahora están cayendo. Los títulos corporativos de ingreso elevado, por ejemplo, generaban ingresos que no eran significativamente mayores que los de los títulos corporativos con grado de inversión, indicando así que los inversores subestimaron los riesgos.

El colapso de los mercados de crédito subprime “funcionó como una especie de alarma, mostrando que los productos tenían los precios demasiado elevados en todo el espectro”, dice Blume. Para el profesor de Wharton, otras empresas de Wall Street sacudirán el mercado con pérdidas sorprendentes. Los acreedores ya son más reticentes, dificultando la concesión de préstamos para empresas y personas físicas, añade Blume. Eso debilita la economía. “Creo que estamos saliendo de una burbuja de la economía y entrando en la economía real. Y siempre que ese tipo de cosas suceden, el resultado es bastante doloroso.”

1 comentario:

Rafael del Barco Carreras dijo...

HIPOTECAS BASURA EN BARCELONA



Rafael del Barco Carreras



Yo le aconsejaría al BCE, Banco Central Europeo, ¡qué arrogancia la mía!, que se estudie bien las HIPOTECAS CATALANAS. Me limito al ámbito de mi vida, a lo que mis vista y oído alcanzan, pues más allá, lo que me cuenten o lea sobre las subprime, EEUU o los “tigres asiáticos”, pura mentalización mediática. Terminada esta especie de derrame cerebral, y lo que sigue, leo que el BCE ya no admite como garantía para las subastas de dinero los "FONDOS DE TITULACIÓN HIPOTECARIA", !con lo fácil que resultaba emitirlos a nuestras CAIXAS!

En Barcelona y desde hace años no más de tres personas, y si se me apura una sola, puede ser, clarificado el bosque de legislaciones y entidades, el dueño o quien decide sobre terreno, el promotor, el constructor, el comprador, el financiero, y vuelta a empezar si el BCE o cualquiera de los grandes fondos europeos o mundiales, redescuenta, compra o financia la subrogación hipotecaria, en definitiva, pone el dinero. Y de guinda del pastel la sociedad de TASACIÓN, también del reducido Grupo, así se certificarán las valoraciones con perfectos estudios técnicos y sesudos sondeos de mercado, alcanzando por supuesto el PRECIO preestablecido. Muy complejas las sociedades de TASACIÓN, con arquitectos, ingenieros, economistas...

Un ejemplo, el CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA (o podría ser ADIGSA de la Generalitat de Pujol) Ente público (pero que contrata a su aire como privado) con hombres de PSC, aunque hasta hace poco lo gobernara un PP, Enrique Lacalle, que actuó de gran magnate de la Ciudad, paseándose con tres coches negros rodeado de guardaespaldas, (ver en Internet algunas de sus hazañas) pone el terreno (recalificado por los mismos y con el valor que convenga), construye una constructora en íntima relación, financiando la CAIXA DE CATALUÑA, de la Diputación, PSC, y compra pongamos…el Instituto para el Estudio de la Fauna Subpirinaica… o una cárcel… que también se han financiado por parecidos métodos, a treinta años de plazo… o una “sociedad instrumental” propiedad de alguna de las decenas de instituciones a sus órdenes…colocan la hipoteca, valorada a conveniencia, y a por más obras…a astronómicos precios de terreno, construcción e hipotecas. Con costes de construcción entre 700 y 900 € por m2, ya hinchados, el precio final alcanza los 6.000 y subiendo, sin venderse… y se montan o fingen ventas para cancelar créditos o colocar en el mercado financiero la hipoteca de esas ventas, o sea, que otro ponga el dinero.

Un lector, votante del PSOE, me dirá que para eso les han votado… para hacer cosas… y solo cabe la respuesta que un país dirigido a lo BANANERO, donde toda norma y legalidad no existe (pero todo documentado dentro de la legalidad) más pronto que tarde se resienten las instituciones, primero las financieras porque acaban sin DINERO y endeudando a las futuras generaciones, el pan para hoy y hambre para mañana… por no incidir en “autocontratación”, “manipular el precio de las cosas”, “información privilegiada”, el inmenso dinero negro de la Construcción (lo de Maragall con el 3% acusando a los Pujolistas pura broma) … las mil y una “ilegalidades” convirtiendo las instituciones en propias y fuera de todo el control que el mercado, las leyes y una verdadera democracia impone para que precisamente un grupito, casi mafioso, o sin casi…

Los Medios me invaden a diario de las causas de la CRISIS. A la mayoría de los directos afectados, miles, ni se les ocurre poner nombres propios a los causantes de sus desgracias, ¡es la CRISIS, la vida, la mala suerte! Ignoro que sucede más allá del Tibidabo, aunque como banquerillo en mi juventud, intuyo que para Barcelona no hay dinero ni en el BCE, ni en Dubai, ni menos en Kuwait…!demasiado listos, sean franquistas, socialistas, convergentes…!

Y toda la retaila de voceras y correveidiles… a una, quejándose. Si es que no nos dan un duro…más madera… más madera… para pagar los vencimientos de sus autohipotecas, seguir construyendo y hasta comprar las Eléctricas del Norte…o toda Sudamérica, la China…Marruecos…Colombia…

Y les han detenido la PELOTA, la Burbuja, la Pirámide… la culpa siempre ajena…Madrid, Bruselas, Stuggart…EEUU… las políticas neoliberales…los especuladores… ¡qué sinvergüenzas!