domingo, 1 de marzo de 2009

"Consenso" europeo contra la crisis

Redacción BBC Mundo

Los líderes que acudieron este domingo a la cumbre extraordinaria de la Unión Europea (UE) en Bruselas, Bélgica, afirmaron estar decididos a evitar la adopción de medidas proteccionistas para hacer frente a la crisis económica.
"Hay consenso sobre la necesidad de evitar medidas proteccionistas unilaterales", señaló el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, al final del encuentro, destinado a limar las asperezas entre los antiguos y nuevos miembros de la UE.
La reunión en la capital belga ha tenido lugar después de que estallara la polémica sobre el plan francés para ayudar al sector automotriz.
El presidente Nicolas Sarkozy sugirió hace unas semanas que para asegurarse las ayudas gubernamentales, los fabricantes franceses de automóviles deben trasladar su producción de los países de Europa del este -como la República Checa- a Francia.

París asegura que no se trata de una medida proteccionista, pero el gobierno checo, que ostenta la presidencia semestral de la UE, se mostró muy incomodo con la iniciativa de Sarkozy e indicó que no quiere que ésta haga que los fabricantes se vayan del país.
El presidente de la Comisión Europea dijo este domingo que Bruselas no está en contra de las ayudas nacionales puntuales a ciertos sectores en crisis, aunque éstas deben ser temporales y no deben afectar negativamente a otros estados de la UE.
"Consenso"
Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, afirmó que en el encuentro en la capital belga "se ha dado comienzo a un consenso europeo sobre todos esos asuntos importantes que enfrenta la comunidad internacional, incluyendo el rechazo al proteccionismo".

La cumbre de Bruselas fue convocada por el primer ministro checo, Mirek Topolanek, a petición de Francia y Alemania.
Tras el encuentro, Topolanek afirmó que es necesaria una "Europa sin barreras, pero también una Europa justa".
El mandatario checo también anunció que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitará Praga el próximo 5 de abril.
En la reunión de este domingo no hubo ningún anuncio sobre posibles ayudas para las dañadas economías de Europa del este, pese a que Hungría hizo un llamado a que se aprobara un paquete valorado en más de US$200.000 millones.
La medida fue rechazada por la canciller alemana, Angela Merkel.

Los efectos de la crisis económica se están sintiendo con más fuerza en los países de Europa del este, que han entrado en la UE en los últimos 10 años pero que todavía no están en la eurozona (con la excepción de Eslovaquia y Eslovenia).
La mayoría de estas naciones ha sufrido una profunda devaluación de sus monedas y la pérdida de miles de puestos de trabajo por el cierre de fábricas.
Hungría y Letonia están recibiendo miles de millones de euros de un fondo de emergencia de la UE.
"Evitar tentaciones"

"Todos deseamos que Europa evite tentaciones proteccionistas y egoístas", enfatizó este domingo Donald Tusk, primer ministro polaco.
Por su parte, el primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, dijo que Europa "no debe permitir que un nuevo Telón de Acero" vuelva a dividir a las naciones europeas.
Gyurcsany también sugirió una relajación de las normas que regulan la adopción del euro, pero presidente del grupo de países que cuentan con la moneda única, el primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, rechazó la idea.
Según la corresponsal de la BBC en Bruselas, Oana Lungescu, el objetivo principal del encuentro de Brusleas era coordinar las medidas que cada país quiere implementar para contrarrestar la recesión, sin que éstas afecten a los otros miembros.
Muchos países han expresado su preocupación por la creciente división del bloque a consecuencia de la crisis económica.
"La crisis está creando una tensión sin precedentes en el seno de la UE. Los viejos aliados se enfrentan con los nuevos miembros y los países grandes con los más chicos", explicó nuestra corresponsal.

La gran pregunta es si los dirigentes lograrán evitar que sus dificultades económicas acaben por crear una gran crisis política. Según los analistas, ésta será una prueba de fuego para el futuro de la UE.
El número de cumbres celebradas en las últimas semanas refleja esta inquietud. El fin de semana pasado los líderes europeos se reunieron en Berlín y el próximo 19 y 20 de marzo lo harán en el tradicional Consejo Europeo en Bruselas.

Las cuestiones económicas serán la prioridad y se espera que también traten de lograr una posición común de cara a la cumbre del G-20 que se celebrará en Londres el próximo 2 de abril.

http://news.bbc.co.uk

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