domingo, 2 de marzo de 2008

Los nuevos Wong de los supermercados

Supermercados Candy abrió su segundo local recientemente, en Magdalena del Mar. En el próximo lustro la idea es abrir, mínimo, un local por año, afirma su gerente general

Por Fernando Chevarría León

La aventura de los Wong --no hablamos de los que acaban de vender su cadena a la chilena Cencosud-- en el rubro de supermercados empezó hace trece años, cuando una de las hijas de Alfonso José Wong decidió abrir un supermercado en la zona de Campoy, en San Juan de Lurigancho.

El inicio no fue fácil, pues poco a poco tuvieron que ir aprendiendo de sus errores, aprender el 'know how' del comercio minorista, el trato con proveedores, cómo y cuándo lanzar una campaña, cómo colocar los productos, mejorar poco a poco el servicio al cliente, entre otros detalles. Así, en diciembre pasado, los Wong dieron el salto y abrieron su segundo supermercado sobre 6.000 m2 de área construida en el cruce de la avenida Brasil y la calle Cusco, en Magdalena.

El supermercado demandó una inversión de unos US$3'000.000 y tiene 2.000 m2 de área comercial que incluye amplios pasillos y servicios complementarios como restaurante, juguería, pollería Las Canastas, banco Continental, spa, botica, lavandería y un estacionamiento subterráneo de 2.000 m2. Vale decir, nada que envidiarle a las grandes cadenas.

¿Seguirán estos nuevos Wong peruanos el ejemplo de Erasmo Wong y llegarán a formar una gran cadena que compita de igual a igual con los monstruos del comercio minorista internacional? Ese es el objetivo de Alfonso José Wong. Aquí sus impresiones.

¿Por qué deciden ingresar al negocio del comercio minorista?
Ingresamos hace trece años porque el rubro de supermercados en ese momento no se había desarrollado en el país. En otros países el rubro supera hoy el 50% del mercado y desde que nosotros abrimos el primer autoservicio, no excedía el 20% de participación. Al cabo de 13 años el área de supermercados en Lima está en alrededor del 26%. Aún hay mucho por crecer.

Sin embargo, ahora las cosas son diferentes. Antes no estaban Falabella y Cencosud compitiendo en el mercado peruano.
Es cierto, hay competidores muy grandes en el mercado, pero también sabemos que el techo todavía es muy alto. Nosotros tenemos un dicho: "El sol sale para todos y los clientes no son de nadie". Podemos entrar a conquistar parte del mercado.

¿Cuál es su propuesta frente a los demás?
Nuestras principales armas son calidad de servicio y precio.

¿Cuánto estiman facturar en esta segunda tienda durante el primer año?
Más de diez millones de dólares.

¿Por qué demoraron tanto en abrir la segunda tienda?
El Candy de Campoy, fundado por mi hija, fue nuestra primera experiencia. Fue un laboratorio donde aprendimos a manejar y perfeccionar nuestro negocio. Cada vez nos volvimos más eficientes y recién allí me animé a abrir el segundo supermercado Candy.

¿Por qué Candy?
Es un nombre delicado. Su propio nombre lo dice, es dulce (Candy significa dulce en español).

¿Cuántos Candy más vienen?
Queremos abrir todos los que podamos. Actualmente estamos gestionando la compra de dos terrenos. Antes de fin de año abriremos uno. En el próximo lustro la idea es abrir por lo menos una tienda por año. Sabemos que este rubro va a seguir creciendo y queremos ser partícipes de eso.

¿El próximo Candy estará en Lima Sur? Escuchamos que había intenciones de abrir en Villa María del Triunfo o Villa el Salvador.
Estamos buscando zonas que no estén cubiertas por otros autoservicios. Esas zonas son de niveles socioeconómicos C y D o B sector bajo y que tengan todas sus necesidades insatisfechas. Vale decir, queremos estar en zonas no explotadas y que tengan mucho volumen de población. No queremos ser un Wong: queremos tener precios muy competitivos.

Para lograrlo a veces hay que sacrificar calidad de servicio.
No será nuestro caso. Ofreceremos calidad de servicio y precios bajos. Estamos preparados para hacerlo. Por algo nos hemos demorado tanto en abrir el segundo local.

Abrir tiendas demanda mucho capital. Ahí la ventaja es para los grandes como Falabella, Cencosud o Supermercados Peruanos.
Lo sabemos. Los competidores son muy grandes y fuertes, pero nosotros también tenemos lo nuestro. Calculamos que cada tienda Candy, dependiendo del tamaño, demanda entre US$2,8 millones y US$3,2 millones.

¿Están mirando también zonas fuera de Lima?
Aún no. Primero queremos crecer en Lima.

¿Ustedes tienen algún lazo familiar con la familia Wong?
No, absolutamente. El apellido es el mismo, pero no tenemos lazos familiares.

¿Qué opina de la venta de la cadena Wong?
Creo que no armaron los cuadros de reemplazos adecuadamente, por ello tuvieron que vender.

¿Hubieran hecho lo mismo ustedes de haber estado en lugar de los Wong?
No. Tenemos muchos sueños con este rubro. Sabemos que es un negocio a largo plazo. Nuestra idea no solo es ganar dinero, sino también hacer crecer a los pequeños productores peruanos. La idea es que ellos se puedan desarrollar como empresa dentro del autoservicio. Aquí no solo tenemos proveedores grandes con marcas poderosas como Gloria, Nestlé o Alicorp, sino también pequeños proveedores peruanos.

¿Cómo lograrlo?
Estamos captando, por ejemplo, a los productores de tubérculos y frutas para trabajar con ellos directamente y haya un "gana-gana".

¿Cuántos ítems manejan en Candy de Magdalena?
Manejamos unos 7.000 ítems.

Los dueños de Candy son los dueños de Ti-Cay.
Así es. Ti-Cay es Compañía Procesadora de Productos Alimenticios y se dedica al expendio de venta de embutidos, carnes de cerdo y preparados, además de jugos. Esa empresa tiene más de 35 años en el mercado y es líder en el segmento C-D. Ambas compañías se manejan independientemente. En mi caso, dejé la gerencia general de Ti-Cay para hacerme cargo de la gerencia general de Candy. Ojo, Ti-Cay es proveedor de Supermercados Candy, pero no es que haya un accionariado o sea parte de esta.


¿Cuánto facturó Ti-Cay el 2007?
Tikay, que produce las marcas de embutidos Cerdeña, Napolitana, Don Pepito y los jugos Tuvalú, y Americana, que es otra fábrica de embutidos de nuestra propiedad, facturaron en el 2007 unos S/.90 millones.

¿Piensan ampliar el abanico de sus productos?
Así es, planeamos ampliar la línea de embutidos. En ese mercado hay mucho por crecer, pues aquí recién hablamos de un kilo de consumo per cápita anual, mientras que otros países vecinos llegan a 14 kilos per cápita. Hay mucho por crecer en el segmento de embutidos.

Cuando mencionamos Supermercados Wong, usted habló de cuadros de reemplazo. ¿Cómo se están preparando ustedes, que también son una empresa familiar.
Si. Los accionistas nos estamos preparando para el crecimiento temporal y estamos formando incluso cuadros de reemplazo externos. La idea es que la compañía continúe con su plan de expansión.

Actualmente, los miembros de su familia ocupan los cargos gerenciales tanto de Candy como de Ti-Cay.
Efectivamente. En la gerencia general y en la parte de compras. El resto son jefes y gerentes que hemos incorporando. Los nuevos locales tendrán gerentes profesionales que sepan mucho sobre el rubro del comercio minorista ('retail'), no gerentes dueños. Un accionista no siempre es un buen gerente.

Ya están en la segunda generación. Se afirma que la tercera es la más complicada.
Así es. Por ello estamos formando un holding, que es una empresa creada por los accionistas con el fin de que sirva para la nueva camada. Esta empresa será la que administre y regule a las demás empresas que estén dentro del grupo. En el futuro, si el hijo de un accionista quiere formar una empresa, presentará su proyecto y los miembros del holding dirán si este va o no. Si procede, el holding será el dueño del 50% de la empresa. Tenemos asesores financieros y contables que ya trabajan en el tema. Ese es un tema prioritario para nosotros para evitar futuros problemas.

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