domingo, 28 de diciembre de 2008

Chile: El enemigo de los sindicatos

Las dudas que genera el arribo del retailer más grande del mundo

Wal-Mart ya lanzó su oferta para quedarse con el cien por ciento de las acciones de D&S. Mientras en el mercado han aplaudido la operación, sus trabajadores miran con temor las políticas laborales que implementaría en Chile su nuevo empleador, sobre todo porque no acepta sindicatos. No es la única duda en torno a la operación. La SVS investiga las transacciones de la firma chilena realizadas este año, puntualmente el jueves antepasado. En el mercado aseguran que huele fuertemente a uso de información privilegiada.
Por Javier Rebolledo y Darío Zambra / La Nación Domingo

Gran parte de los trabajadores de Lider están asustados por la llegada de Wal-Mart a Chile, luego de que este mes la cadena de retail más grande del mundo hiciera una Oferta Pública de Acciones por el 100% de las acciones de D&S, la empresa de los hermanos Ibáñez que controla los supermercados Lider a lo largo de Chile.

Sergio Pérez, dirigente de la Coordinadora de Sindicatos Lider, recuerda que durante años infructuosos los trabajadores intentaron crear organizaciones sindicales bajo la férrea oposición de la compañía. Recién en septiembre del año pasado, la empresa aceptó el Sindicato Interempresas Lider, una organización sui generis que no cuenta con organizaciones de trabajadores de base. Extrañamente, D&S no sólo vio con buenos ojos su formación, sino que actualmente corre con los gastos de la sede sindical, incluido el arriendo, además de todos los enseres que van desde televisor, pasando por sillones y hasta refrigerador.

El problema es que la organización estaría cooptada, denuncian en el sindicato. Prueba de ello, según Sergio Pérez, son los magros resultados obtenidos en la última negociación colectiva entre la empresa y sus trabajadores. Mientras los últimos pedían un 7% de aumento salarial, finalmente lograron un 2%, y sólo para aquellos que percibían el sueldo mínimo.

Otra de las batallas perdidas fue la suscripción de "convenios" colectivos en vez de "contratos" de este mismo carácter. La diferencia entre ambos instrumentos es fundamental, ya que mientras el primero permite legalmente a los trabajadores ir a huelga en los períodos de negociación colectiva; en el segundo caso, parar las faenas es una causal de despido inmediato.

Las horas extraordinarias, que muchos empleados cumplen sin marcarlas en el reloj de asistencia como una promesa para acceder a puestos con mejores oportunidades, fue otro punto que no tuvo respuesta. "Por eso yo creo que la organización sindical que existe va a ser mantenida por Wal-Mart. Ellos vienen negociando con D&S la compra desde 2006. De manera que ya saben lo que pesa o no este sindicato", advierte Sergio Pérez (en la foto, a la izquierda), quien formó la Coordinadora junto a varios ex delegados más del Sindicato Interempresas que se sintieron defraudados.

Hoy la Coordinadora toma fuerza y, junto a los trabajadores de la Federación Norte de Sindicatos Lider, suman cerca de 5 mil afiliados, total aún insuficiente para contrarrestar el poder de los 8 mil socios del Sindicato Interempresas. Saben que la lucha será complicada, porque Wal-Mart es vista con buenos ojos por los consumidores, ya que se ha anunciado que los precios de los productos podrían bajar más, pero sobre todo debido a que la gigante del retail no acepta sindicatos dentro de los supermercados. Además, en contingencia de crisis y por el volumen que aumentará la inversión extranjera en el país, no recibiría mayores reparos de esta administración.

Considerada una de las empresas más grandes del planeta, con 11,3 billones de dólares en ingresos durante 2007, el enigma sobre su comportamiento en Chile crece. En el resto del mundo ya se conoce su política de negocios y sindical. Y ésta es la razón de la mala fama que ostenta.

Un mundo feliz

"Ser empleado de Wal-Mart en Estados Unidos, independientemente del estado donde tú vivas, es terriblemente complicado. Acá decimos que ofrece lo que se conoce como un trabajo ‘under pay’", cuenta Francisco Aguirre, un chileno que luego de partir a Miami trabajó durante varios años en la gigantesca empresa minorista.

El sueldo anual que Wal-Mart ofrece a sus empleados se encuentra por debajo de la línea de la pobreza de esa nación. Pero es, además, la cadena de retail más grande del país con 4.000 supermercados y la que mayor cantidad de empleos ofrece: 1,3 millones.

A pesar de su tamaño, Wal-Mart no tiene un solo sindicato a lo largo de Estados Unidos. "Cuando tú llegas, el contrato estipula claramente que la empresa está en contra de las ‘uniones’, como le llaman acá a los sindicatos y que todo lo que necesites de la empresa debes solicitarlo en forma individual. Cualquier aumento de sueldo que, prácticamente no existe, es secreto", cuenta Francisco Aguirre.

La denuncia del joven chileno se vio refrendada por Human Rights Watch, organización que a mediados de 2007 lanzó su investigación en base a entrevistas e información clasificada llamada "La violación del derecho de los trabajadores estadounidenses a la libertad de asociación por parte de Wal-Mart". Ahí se consigna que la práctica de no permitir la existencia de sindicatos se encuentra sistematizada a través de un complejo sistema de redes que funciona a la perfección. Según el informe, la estrategia de la empresa parte desde que el empleado llega a su puesto de trabajo. La empresa se encarga de mostrarle videos, sesiones de capacitación y otros métodos cuyo objetivo central es convencerlos de que los sindicatos son perjudiciales para ellos y para la empresa. Para cumplir esta labor Wal-Mart entrega a cada encargado de supermercado una guía llamada "Caja de herramientas gerenciales".

Human Rights Watch consignó también que si los intentos de los empleados por agruparse persisten en el tiempo, los gerentes cuentan con la Línea Sindical de Wal-Mart. "A través de la línea, los gerentes informan a la oficina central sobre la situación y reciben asesoramiento de especialistas en relaciones laborales y abogados sobre cómo frustrar los esfuerzos de sindicalización", asegura el informe. Agrega que, a los pocos días de efectuada la denuncia, la empresa envía al local a su Equipo de Relaciones Laborales, que se reúne con los trabajadores y les "advierten sobre las consecuencias negativas de formar un sindicato".

Demolera y calcada

Una de las cosas que llamó la atención de Francisco Aguirre es la aparente dicotomía entre el aislamiento que la empresa busca lograr con sus empleados y el espíritu de equipo que les inculca. "Cada mañana te juntan en la cafetería y el manager cuenta a los empleados que las cifras de venta van excelente, y que se debe al espíritu de equipo. Luego lanza un grito, como el de las barras de fútbol, que parte con ‘dame una W’ y todos repiten la letra en conjunto. Luego sigue igual con la A, la L y el resto de las letras que conforman la palabra Wal-Mart para rematar con el nombre completo a coro. Es patético y uno se siente como un imbécil", confiesa.

Este tipo de consignas se repiten idénticas en los distintos países donde Wal-Mart se instala. En Argentina, por ejemplo, donde la empresa cuenta con 15 locales y más de 5.000 trabajadores, en 2007 se libró una fuerte batalla luego de que un sindicato, el de la sede ubicada en el barrio de Avellaneda, lograra organizarse para pedir mejores salarios y derechos laborales en conjunto. En la guerra sucia que se desarrolló, los trabajadores denunciaron al Ministerio del Trabajo que recibieron falsas acusaciones de robo, despidos injustificados antes de las elecciones sindicales y acciones atemorizantes de parte de sus superiores.

Prácticamente lo mismo que Human Rights Watch detectó en Estados Unidos, entre las prácticas antisindicales. Entre 2000 y 2005, son 15 los fallos judiciales que confirman que con este accionar también se violó la legislación vigente. "Wal-Mart ha amenazado a sus trabajadores con severas consecuencias en caso de que formen un sindicato, incluyendo la pérdida de beneficios tales como los aumentos salariales", destaca el informe entre los múltiples abusos que detectó.

Dos años antes, en febrero de 2005, la empresa recibió el repudio de la sociedad canadiense luego de que cerrara la sucursal que mantenía en Jonquiere, Quebec, luego de que sus 190 empleados lograran sindicalizarse. Era la primera vez que un conjunto de trabajadores de América del Norte lograba una organización de este tipo. El caso fue tan bullado que los sindicatos iniciaron un boicot contra de la empresa que, incluso, debió evacuar varios de sus locales luego de recibir amenazas de bombas. A fines de ese año, los tribunales laborales de Canadá fallaron en contra de Wal- Mart considerando que el despido de sus empleados había sido injustificado. Pero la tienda no se reabrió.

En China, en cambio, durante 2006 Wal-Mart aceptó la conformación de sindicatos, pero fue denunciada por hacer lobby al mismo tiempo -en conjunto con Google, UPS, Microsoft, Nike, AT&T e Intel- en contra de la Ley de Contratación Laboral. Las acciones emprendidas a través de la Cámara de Comercio estadounidense con sede en Shanghai, pretendían oponerse a la creación de estándares mínimos como la existencia de contratos laborales e indemnizaciones por despido, entre otros aspectos básicos.

Finalmente, y luego de eternas negociaciones, en 2008 el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional (APN) de China aprobó la precaria ley ante el creciente descontento de la población por las precarias condiciones laborales que hacen que las grandes corporaciones prefieran este país para producir a un costo bajísimo.

La cultura del datito

La política laboral de Wal-Mart no es la única sombra que genera sospechas sobre esta mega operación. Con la crisis internacional, la bolsa se puso tímida. Ha estado tan cautelosa que los días en que no se ha ido a pique -que ha sido lo típico desde mediados de septiembre-, repunta pero marginalmente y sus alzas rara vez se empinan sobre el 1%. Con ese escenario, había que ser miope para no darse cuenta que detrás de D&S, algo se estaba tejiendo el controvertido jueves 18.

Mientras el resto de las acciones de la Bolsa de Santiago avanzaban como una tortuga, las de las del retailer que controlan los hermanos Felipe y Nicolás Ibáñez (en la imagen), tomaban la delantera dando unos saltos tremendos, como la más ágil de las liebres. Durante ese día, sus papeles subieron 7,7%, lo que de inmediato provocó un remezón entre los brokers de la calle Nueva York, en el centro de Santiago. Algo se traían entre mano los Ibáñez. Y nuevamente reflotaban los rumores sobre un eventual cambio de propiedad de la empresa. Durante esa jornada, lo que menos faltaron fueron teorías. "No soy asiduo a los rumores, pero ¿qué hay de cierto que abogados de Ripley y D&S afinan detalles, no para una fusión sino que una entrada de forma mayoritaria por parte de D&S en Ripley?", rezaba un post en el foro de Chileacciones, la web favorita de los corredores chilenos.

El superintendente de Valores y Seguros, Guillermo Larraín (en la foto inferior), observaba con lupa este repunte a todas luces desmedido. Hasta que tomó cartas en el asunto y el viernes decidió suspender las acciones de D&S, en espera de que la sociedad entregara una explicación convincente. Fue entonces cuando el gerente general de la compañía, Enrique Ostalé, anunció lo que durante años pareció el cuento de Pedrito y el lobo: finalmente D&S anunció que ese mismo día habían firmado un acuerdo para que la cadena de supermercados pasara a manos del gigante estadounidense Wal-Mart Stores.

No satisfecho con la información que envió Ostalé, Larraín pidió que los controladores se pronunciaran sobre el que podría ser el negocio del siglo. "Estamos seguros de que la transacción aludida redundará en beneficio de todos los accionistas de D&S, sus colaboradores, y lo que es más importante aún, de nuestros clientes y de nuestro país", fue parte de la respuesta de los hermanos Ibáñez.

Después de esa jornada, las conclusiones eran varias. Una, es que Felipe y Nicolás hicieron una jugada de oro, ya que esta vez la oferta del retailer gringo por las acciones de D&S fue mayor a las que ya habían hecho dos años atrás. Otra es la señal a la confianza en la economía local que envía esta inversión de 2.660 millones de dólares, justo en medio de la crisis financiera internacional. Sin embargo, la conclusión que más preocupa al superintendente de Valores es que el alza exagerada de las acciones de D&S el día anterior de que el mercado conociera la operación, es que, pese a los esfuerzos que se han hecho, aún no se erradica en Chile la cultura del datito. Más aún, este hecho demuestra que sigue vivo y coleando, porque según un conocedor del mercado de valores local, estas transacciones son "el típico caso de uso de información privilegiada". Quién la utilizó, esa es la incógnita que está tratando de despejar la SVS.

Las operaciones dudosas

"Los hechos ya están, las personas que compraron ya compraron y si hay alguien que mal utilizó información tendrá que ser sancionado", fue la enérgica reacción de Guillermo Larraín el mismo día que suspendió la transacción de esos papeles. Esa misma jornada, el superintendente dio la orden a la División de Investigación -la misma que analizó la violación al deber reserva que hizo Sebastián Piñera- para que analizara si algunas de estas operaciones tienen el carácter de delito.

Principalmente, el foco de este equipo -que lidera el ingeniero comercial Carlos Pavez- está puesto en todas las transacciones que se realizaron ese jueves, el día anterior a que se conociera el acuerdo entre los dos retailers. Durante esa jornada, las operaciones sobre la acción de D&S se cuadruplicaron respecto a la jornada anterior. Las mayores transacciones las realizaron las corredoras LarrainVial, BanChile, Celfin, Euroamérica y Penta.

Sin embargo, éstas no son las únicas operaciones que están en la mira del equipo que encabeza Pavez. Su investigación abarca todas las transacciones entre el 1 de enero y el 23 de diciembre de este año. Por esta razón, ya solicitaron a las corredoras que informen sobre todas las compras y ventas de papeles de D&S que se realizaron en este período. Esto, debido a que las conversaciones entre los dueños de Lider y los de Wal-Mart se iniciaron meses atrás, por lo que se amplía el número de personas que estaban enterados de la trayectoria de estas tratativas.

Para ser precisos, el primer acercamiento se registró el 31 de enero, el mismo día en que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia rechazó la megafusión entre Falabella y D&S. En Estados Unidos se enteraron de inmediato del "negocio fallido de la década". Fue el presidente para las Américas de Wal-Mart, Craig Herkert, quien ese día le envió un mail al presidente de la compañía, Nicolás Ibáñez, para invitarlo a retomar las negociaciones. Los hermanos Ibáñez recogieron el guante de inmediato y designaron al abogado Alberto Eguiguren para que encabezara estas conversaciones.

En agosto, las negociaciones estaban bastante avanzadas. Tanto que a ese fecha comenzó a realizarse el proceso de "due diligence", que es la auditoría a los activos y pasivos se hace a una empresa en la que va a invertir. Recién el 19 de agosto, Larraín se enteró de estas tratativas, cuando D&S envió un hecho reservado a la SVS detallando el avance que éstas tenían.

Entre esos acontecimientos y el cierre del acuerdo, hubo viajes de los Ibáñez a Estados Unidos; y el futuro CEO de Wal-Mart, Mike Duke, visitó los locales que la cadena tiene en Chile y se reunió con varios ejecutivos de la supermercadista chilena. Es decir, eran varias las personas que estaban al tanto del negocio que se estaba gestando. "Mientras el mercado no tenía idea de estas conversaciones, había directores, ejecutivos, auditores y abogados que sí la conocían", enumeran en el mercado de valores. Por eso, hoy los profesionales del equipo de investigación de la SVS están concentrados en saber quiénes de estas personas no respetaron la obligación de reserva de compra de acciones o, lo que es peor, mal utilizaron la información privilegiada que poseían. Una vez que tengan en sus manos el detalle de estas transacciones, su labor será cruzar esta información para saber si quienes compraron, tienen alguna relación societaria o algún parentesco con quienes estaban al tanto de las negociaciones.

Las compras de Enrique Ostalé

Lo más probable es que bajo su análisis incluyan las tres 3 millones 600 mil acciones que compró a Santander Investment, el gerente general, Enrique Ostalé. Lo llamativo de esta transacción es que se realizó el 25 de agosto de este año, seis días después de que informara a la SVS en un hecho reservado lo avanzado de las negociaciones con Wal-Mart. Por cada una de esas acciones, Ostalé pagó 199,9 pesos, operación que efectuó en la bolsa y que canceló al contado. El negocio que hizo fue de lujo, porque el viernes los papeles de D&S cerraron la jornada en 250,090 pesos.

Ostalé no fue el único de los ejecutivos que compró acciones de la firma mientras las conversaciones estaban en su peak. Según información que la misma empresa envió a la SVS el 5 de septiembre, ese mismo día lo hicieron el gerente de Hipermercados, Manuel López Barranco; el gerente de Finanzas, Miguel Núñez Sfeir; el gerente de Finanzas Corporativas, Alejandro Droste Bertolo; el gerente de Finanzas de la División Retail, Sebastián Rojas Heusser; el gerente de Asuntos Legales, Gonzalo Smith Ferrer, y el gerente de Supermercados, Andrés Fernández Donoso.

Un cercano al equipo de investigación de la SVS asegura que lo más probable es que esta investigación arroje uno o más casos de información privilegiada. Incluso, en el mercado no se descarta que el "datito" o filtración haya provenido de parte de la gente de Wal-Mart.

En todo caso, esta es la segunda vez en menos de dos años que las acciones de D&S están bajo la mira de la SVS. Antes de que se supiera que esta firma pretendía asociarse con Falabella, también se produjeron alzas inusitadas en los precios de sus acciones. Las sanciones se conocieron en julio de este año, cuando se multó a Hans Eben, director de D&S, por incumplimiento del deber de reserva; a Vicente Aresti, Alejandro Irarrázabal y Eugenio Aresti, todos ejecutivos de Tucapel, vinculados familiar y profesionalmente a Eben, multados por uso de información privilegiada; y a la asesora comunicacional de Lider Ana María Laguna y su esposo, Peter Studer. Esta vez, nuevamente, la última palabra la tiene la SVS.

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