Estudio en Argentina
El nivel de quiebre de stock de derivados de la leche es de 14,6% y el de artículos para la casa de 9,4%, según un estudio de GS1 Argentina que midió 579.539 elementos y encontró 46.434 faltantes. Las responsabilidades son compartidas: 44% le corresponde al proveedor y 41% a la cadena comercial
Los alimentos lácteos y los productos de cuidado del hogar lideran los índices de faltantes de mercadería en góndola en las cadenas de supermercados argentinas. El nivel de quiebre de stock de lácteos es de 14,6% y el de productos de cuidado de la casa de 9,4%, frente a un promedio general de 8% para todo el país. La información surge del VI Estudio sobre Faltantes de Mercadería en Góndola (FMG) realizado por GS1 Argentina, entidad que reúne a empresas de consumo masivo. El FMG es todo producto que no puede ser localizado por el consumidor final en el lugar habitual de exhibición dentro del salón de ventas. Según la investigación de GS1 en América Latina, la media regional es aproximadamente 7,7%, sólo tres décimas por debajo de la cifra obtenida en nuestro país. El menor porcentaje de FMG se registró en Colombia, con un 5,5%, y el mayor en Chile, con 10,7%.En la Argentina, se relevaron datos en Wal Mart, Carrefour, Norte, La Anónima, BEST, Disco, Eki, Jumbo, Libertad y Super Vea, entre otras cadenas. En total, se evaluaron 195 locales de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Bahía Blanca, Rosario, Neuquén, Paraná y General Roca. Se midieron 579.539 productos y se encontraron 46.434 faltantes. En 2006, el FMG arrojó un porcentaje similar, de 7,5%.
En diálogo con infobaeprofesional.com, Fabián Fournier, gerente de Servicios y Desarrollo de Proyectos de GS1 Argentina, desestimó que el desabastecimiento de productos lácteos, que afectó a supermercados del país este año, haya tenido impacto en el estudio. En el momento en que se llevó adelante el trabajo de campo, abril y junio en Capital y junio en el interior, el problema de abastecimiento se encontraba controlado, indicó.“Hay una situación de falta de productos desde la planta por un incremento en la demanda”, señaló Fournier, y agregó que la disponibilidad de lácteos está sujeta a un factor adicional.
“Los productos perecederos tienen ratios de faltantes más amplios, menos días de inventarios y tiempos de reposición más cortos. Tienen una logística distinta. Los perecederos se entregan en forma individual y los no que no lo son se entregan de forma centralizada”, explicó. Mayor responsabilidad de proveedores
El ranking total de faltantes por familias de productos es el siguiente: 9,4% en artículos de cuidado del hogar; 9,2% en alimentos; 8,3% en higiene personal, y 5,4% en bebidas.
Respecto a la rotación de productos, se registró un 8,9% de FMG en los productos de baja rotación; un 8,7% en productos de media rotación, y un 7,5% en los de alta rotación.
El estudio determinó que los días con mayor quiebres de stock son los fines de semana, con un 9,7% los domingos y un 9% los sábados.
Respecto a los sectores responsables de la falta de mercadería, el estudio de GS1 determinó que el 44% le corresponde al proveedor, el 41% a la cadena, 13% al centro de distribución y 2% a la central de compras.
Las principales causas que adujeron los proveedores para desatender la distribución fueron: el producto no fue entregado por falta de stock (55,2%); el producto ya fue entregado (15,5%); el producto no fue entregado por estar discontinuado (14,4%); el producto no fue entregado por problemas comerciales (8,4%), el producto no fue pedido por la cadena (6,3%).
Para las cadenas, los principales motivos fueron: el local no realizó el correspondiente ajuste de inventario (19,4%); la mercadería no fue repuesta en góndola por el repositor (18,7%); el centro de distribución no entregó el pedido a la sucursal en tiempo y forma (5,0%) y errores de inventario en los sistemas centrales (3,9%).
En cuanto a las recomendaciones para que las empresas mejoren sus procesos y de esa forma incrementen ventas y utilidades y, fundamentalmente, brinden un mejor servicio al consumidor final, Fournier dijo que las organizaciones deben tomar nota de cada una de las variables mencionadas que repercuten en toda la cadena de abastecimiento. En segundo lugar, cada tienda debe profundizar en las causas que generan los faltantes, que difieren según las características de cada empresa y la modalidad de distribución de los productos. “Con ese diagnóstico en la mano, las compañías deben tomar acciones concretas. Posiblemente, no puedan resolver todo a través de una sola medida, sino que habrá que analizar procesos internos y de entrega de los productos y alineación entre el soporte de entrega y de recepción”, concluyó.
El nivel de quiebre de stock de derivados de la leche es de 14,6% y el de artículos para la casa de 9,4%, según un estudio de GS1 Argentina que midió 579.539 elementos y encontró 46.434 faltantes. Las responsabilidades son compartidas: 44% le corresponde al proveedor y 41% a la cadena comercial
Los alimentos lácteos y los productos de cuidado del hogar lideran los índices de faltantes de mercadería en góndola en las cadenas de supermercados argentinas. El nivel de quiebre de stock de lácteos es de 14,6% y el de productos de cuidado de la casa de 9,4%, frente a un promedio general de 8% para todo el país. La información surge del VI Estudio sobre Faltantes de Mercadería en Góndola (FMG) realizado por GS1 Argentina, entidad que reúne a empresas de consumo masivo. El FMG es todo producto que no puede ser localizado por el consumidor final en el lugar habitual de exhibición dentro del salón de ventas. Según la investigación de GS1 en América Latina, la media regional es aproximadamente 7,7%, sólo tres décimas por debajo de la cifra obtenida en nuestro país. El menor porcentaje de FMG se registró en Colombia, con un 5,5%, y el mayor en Chile, con 10,7%.En la Argentina, se relevaron datos en Wal Mart, Carrefour, Norte, La Anónima, BEST, Disco, Eki, Jumbo, Libertad y Super Vea, entre otras cadenas. En total, se evaluaron 195 locales de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Bahía Blanca, Rosario, Neuquén, Paraná y General Roca. Se midieron 579.539 productos y se encontraron 46.434 faltantes. En 2006, el FMG arrojó un porcentaje similar, de 7,5%.
En diálogo con infobaeprofesional.com, Fabián Fournier, gerente de Servicios y Desarrollo de Proyectos de GS1 Argentina, desestimó que el desabastecimiento de productos lácteos, que afectó a supermercados del país este año, haya tenido impacto en el estudio. En el momento en que se llevó adelante el trabajo de campo, abril y junio en Capital y junio en el interior, el problema de abastecimiento se encontraba controlado, indicó.“Hay una situación de falta de productos desde la planta por un incremento en la demanda”, señaló Fournier, y agregó que la disponibilidad de lácteos está sujeta a un factor adicional.
“Los productos perecederos tienen ratios de faltantes más amplios, menos días de inventarios y tiempos de reposición más cortos. Tienen una logística distinta. Los perecederos se entregan en forma individual y los no que no lo son se entregan de forma centralizada”, explicó. Mayor responsabilidad de proveedores
El ranking total de faltantes por familias de productos es el siguiente: 9,4% en artículos de cuidado del hogar; 9,2% en alimentos; 8,3% en higiene personal, y 5,4% en bebidas.
Respecto a la rotación de productos, se registró un 8,9% de FMG en los productos de baja rotación; un 8,7% en productos de media rotación, y un 7,5% en los de alta rotación.
El estudio determinó que los días con mayor quiebres de stock son los fines de semana, con un 9,7% los domingos y un 9% los sábados.
Respecto a los sectores responsables de la falta de mercadería, el estudio de GS1 determinó que el 44% le corresponde al proveedor, el 41% a la cadena, 13% al centro de distribución y 2% a la central de compras.
Las principales causas que adujeron los proveedores para desatender la distribución fueron: el producto no fue entregado por falta de stock (55,2%); el producto ya fue entregado (15,5%); el producto no fue entregado por estar discontinuado (14,4%); el producto no fue entregado por problemas comerciales (8,4%), el producto no fue pedido por la cadena (6,3%).
Para las cadenas, los principales motivos fueron: el local no realizó el correspondiente ajuste de inventario (19,4%); la mercadería no fue repuesta en góndola por el repositor (18,7%); el centro de distribución no entregó el pedido a la sucursal en tiempo y forma (5,0%) y errores de inventario en los sistemas centrales (3,9%).
En cuanto a las recomendaciones para que las empresas mejoren sus procesos y de esa forma incrementen ventas y utilidades y, fundamentalmente, brinden un mejor servicio al consumidor final, Fournier dijo que las organizaciones deben tomar nota de cada una de las variables mencionadas que repercuten en toda la cadena de abastecimiento. En segundo lugar, cada tienda debe profundizar en las causas que generan los faltantes, que difieren según las características de cada empresa y la modalidad de distribución de los productos. “Con ese diagnóstico en la mano, las compañías deben tomar acciones concretas. Posiblemente, no puedan resolver todo a través de una sola medida, sino que habrá que analizar procesos internos y de entrega de los productos y alineación entre el soporte de entrega y de recepción”, concluyó.
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